Una empresa solicita una solución al problema de los olores en la ciudad

Miguel Ángel Ordás Miguélez, apoderado de la sociedad que explota el Complejo Pasarela, empresa de hostelería que cuenta con diversas instalaciones de ocio en el cruce de la nacional VI con la CL-622, manifestó ayer su deseo de que «se solucione el problema de los olores que, de unos días a esta parte, se vive en la ciudad y los genere quien los genere». El responsable del negocio manifestó haber expuesto el problema al alcalde de la ciudad, José Miguel Palazuelo, con el fin de que se remedie esta situación, sea por un problema de la fábrica azucarera o por los vertidos que realiza una granja, según sostienen otros». Ordás explicó que «el olor que había en parte de La Bañeza en la noche del martes era difícil de aguantar y, en nuestro caso, tuvimos que cerrar las puertas del local para que no entrase, dejando de prestar servicio a las terrazas instaladas en la calle». Para el representante de la sociedad, los olores afectan a una zona de especial importancia en la ciudad al encontrarse allí el polideportivo municipal, el paseo del puente de Requejo y las piscinas municipales y, además, se construye en estos momentos la piscina climatizada». «Desde hace años» Miguel Ángel Ordás aseguró que «no se trata de perjudicar a ninguna empresa ni explotación ganadera de la ciudad ni perjudicar a nadie, sino que la autoridad correspondiente, el Ayuntamiento, Medio Ambiente, Sanidad o el Seprona, tome medidas en un problema que se arrastra desde hace años y que afecta a todo el pueblo. No creo que para que se solucione un asunto de estas características se tenga que recurrir a una movilización de la ciudadanía, sino que, simplemente, son las administraciones las que deben velar por el bienestar de los ciudadanos», manifestó. Ordás aseguró que ayer el olor afectaba, en un primer momento, a la zona de la ciudad cercana a la carretera nacional VI y que, avanzada ya la noche, sobre la una de la madrugada, se extendía por toda la ciudad. Por otra parte, el hostelero se pregunta las razones por las que los olores «se producen a determinadas horas del día» y asegura que «es un perjuicio para la ciudad, no sólo para mi negocio».