Con Europa... con la Iglesia

QUERIDO hermano: Lleva esta Cruz de mayo como Dios te dé a entender. A ver si se serenan los ánimos y que salga rosa o clavel, que es el mes. Pues vistas las cosas desde la distancia que da el Teleno -al que quieren reconvertir - uno vislumbra mucha bisoñez, cierta pizca de arrogancia, buena dosis de prepotencia, y en algunos casos gran cúmulo de ignorancia. Lo que da como resultado que con Europa hemos topado; las ministras Espinosa y Calvo se dieron de morros, creo que por eso, por ignorancia; una no supo emplear las triquñuelas del tira y afloja, la técnica gitana, muy española, del regateo, por lo que si nos descuidamos Jaén se queda sin la copla aceitunera y altiva, y todos sin el óleo balsámico de la dieta mediterránea. Fue peor lo de la música y letra con la rebaja del IVA y el cachondeo de Bruselas cuando vieron que la señora Calvo ignoraba las leyes comunitarias. Vamos a concederles los cien días pero que no se muevan hasta no estar seguras. Entre tanto don Juanvi, el Herrera, y sus mariachis ya agotaron el plazo y no sé cual de ellos ha topado de frente y por los lados con la iglesia, en minúscula, que es la de Rabanal del Camino. Mucho montaje, mucha monserga, mucho espectáculo, tal cual jornada de peregrinaje y la iglesia de Rabanal, pueblo que se llama del Camino, se cae a pedazos. Sé que me dirán, y tú me expondrás, que la espadaña está restaurada, que la ermita de San José esta hecha un primor y qué se yo cuántas cosas, pero la iglesia es el punto negro del camino en Castilla y León, siendo ya años los que espera una acción para que se recupere. Uno, hermano, creía que con eso del Jacobeo 2004, año de mucho postín, se salvaría Rabanal, su iglesia; este año que según se dice la Junta va a tirar la comunidad por la ventana peregrina, cuando el dinero se dilapida a troche y moche, pan y circo que es rentable a la larga, el camino lo merece, más madera, Rabanal reza; reza para que la iglesia no se les caiga. Como bien sabes, querido, Rabanal es uno de los puntos emblemáticos en el Camino Francés. De los otros mejor no hablar. Miles de peregrinos se merecen un mejor lugar de oración, al menos digno. Me indigné, en la última visita, al comprobar la escasa sensibilidad de la Junta, la desidia de sus responsables, y el abandono de la historia el arte y la tradición. Subí por Jueves Santo, cuando el frío calaba hasta el tuétano. Allí monaquean José Manuel y Javier, dos jóvenes benedictinos que han tomado la regla al pie de la letra; con el regalo de Asumpta y Charo fundaron ex radice , al puro estilo medieval, el monasterio de San Juan de Irago, mirando al camino, en la falda del puerto, en pueblo de historia y mito jacobeo. Ellos se encargaron del cuidado espiritual de Rabanal y sus aledaños; y allí, después de siglos, saltando los muros del rústico románico maragato de una iglesia derruida, rueda monte arriba hasta las alturas de Foncebadón, el arrullo del canto gregoriano, que gloria da cómo se han hecho con él los pocos habitantes de Rabanal; allí suenan maitines y tercias, nonas y vísperas para deleite del espíritu y regalo del oído. Allí un buen día, esa mínima comunidad decidió restaurar la ruina. Quería dejar el templo como un san Luis. Fue la iglesia benedictina la que topó con la Junta; sufrió su excomunión no solo espiritual; cayó anatema contra dos frailecitos que, sabiendo, deseaban colaborar. No les dejaron; los castigaron contra la pared y sus casullas, ahora, limpian los desconchones. Los benedictinos siguen su regla de ora et labora ; esperan pacientes y serenan su espíritu con salmos que ascienden hasta la Cruz de Ferro; los oirá Gaucelmo y espero que los oigan en Valladolid.