Los grandes contrastes con Finlandia

Gracias a la Acción Comenius del programa «Sócrates» de la Unión Europea, en el Instituto de Enseñanza Secundaria Río Órbigo de la población de Veguellina, desde el pasado mes de enero viene desarrollando su labor como profesora de apoyo en las clases de francés e inglés una estudiante del último curso de la carrera de Filología Francesa de nacionalidad finlandesa. Según los profesores responsables del IES Río Órbigo, «el gran activo de estos intercambios de profesores entre centros de estudios de toda Europa gracias a Comenius es favorecer la interrelación y el contacto entre los diversos sistemas de enseñanza y también aprender de los distintos sistemas de cada país actuando como un feedback o interrelación entre todos, así como favorecer el conocimiento mutuo de las distintas formas de vida de los países que forman la Unión Europea». Dentro de este programa se encuentra la joven profesora Marianne Hirsiala, que en el centro de Veguellina de Órbigo ha impartido clases a los cursos de 2º, 3º y 4º de ESO. En Finlandia Marianne desarrolla sus estudios en la ciudad de Turku, y una vez que termine su tesis doctoral el próximo año piensa dedicarse a la enseñanza en algún centro escolar de su país. Marianne Hirsiala comenta que han sido muchas las sorpresas con las que se ha encontrado en España desde su llegada en el pasado mes de enero. Entre las cuestiones que le han impactado y que resulta curioso conocer es que en León hace mucho frío, más del que le habían comentado antes de llegar. «Yo tenía la idea tópica de casi todo el mundo, que España era sol, calor, toros y paella todos los días. Luego me he dado cuenta de que todo esto no es así», comentó Marianne Hirsiala. «Me gusta mucho España, por las diferencias que hay con respecto a mi país, Finlandia. Aquí las cosas se hacen de forma más lenta, se improvisa más, se ríe y se habla mucho, la gente es más amable y abierta», destacó la profesora finlandesa. Características finlandesas En cuanto a los rasgos que caracterizan a los finlandeses, Hirsiala desgranó aquellos que son más relevantes. «En Finlandia la gente es muy seria, todo es muy trascendente, se habla lo estrictamente necesario y siempre para decir algo; es casi imposible tener una conversación sobre tonterías, todo está sujeto a una gran puntualidad en la vida, además la educación y la enseñanza son muy estrictas, a diferencia de España donde he visto que son más dinámicas y activas», puntualizó la docente. «Pero también nos divertimos, aunque de forma muy diferente a como se hace aquí. Supongo que la climatología tiene mucho que ver, allí no puedes estar saliendo y entrando de un pub a otro durante toda la noche, y menos durante el invierno. Lo habitual es ir a un local y te quedas en él hasta que te retiras a casa». Otras diferencias que relató Marianne son que «también es impensable que no te puedas sentar o tener tu mesa para poder tomar tu copa, no como en León. Sin embargo, de aquí me gustan los horarios aunque no a diario, pero sí el tener la posibilidad de poder estar un día hasta las seis o siete de la madrugada; en Finlandia lo que más tarde cierra son los clubs o discotecas los fines de semana, que lo hacen a las cuatro de la madrugada, y los pubs a las dos. La entrada al cine cuesta 8 euros y te piensas mucho la película que quieres ver». Sobre su estancia en el centro educativo de Veguellina, Marianne dijo que «me encuentro muy bien y mi relación es muy buena tanto con los profesores como con los alumnos. Ha sido una experiencia fantástica y positiva». La cocina española es otra de las cosas que le encantan a esta visitante finlandesa, «aunque hay muchas cosas que no he podido probar pues soy vegetariana». Su idea es regresar para conocer más a fondo el país, del que sólo conocía Barcelona.