«¿Quién corre con los gastos?»

Santos Juárez ha replantado casi dos hectáreas y como su colega de Huerga de Garaballes temía una multa en la PAC en caso de inspección si las plantas no nacían. Asegura que «en el Seprona me dijeron que el Ayuntamiento de Soto debería ser el denunciante, porque es la única manera de que se consiga algo». El motivo de la denuncia fue que «al ser el cuervo una especie protegida, ¿quién va a pagar los daños que me ha causado?» Julio Sevilla López, de Soto de la Vega, no ha denunciado, pero es el que más daños ha sufrido. Afirma que, como en los casos anteriores, los cuervos no dejaron nada en las dos fincas que dedica a maíz, con una extensión total de 12 hectáreas: «En una de ellas se comieron todas las plantas, que acababan de nacer, y en la otra estaban a punto de salir, pero escarbaron y también se las comieron». Sevilla tuvo que rehacer el trabajo en ambos terrenos, algo que le ha supuesto unas pérdidas de «unos 200 euros por hectárea por lo menos». Este agricultor, de 33 años, asegura que «estos animales está superprotegidos y si le pegas un tiro a uno se te cae el pelo», así como que la conducta de las aves ya se había observado antes, aunque no de una manera tan agresiva. Los cuervos causantes de estos daños anidan en las choperas de los pueblo afectados. En esta época del año, los cuervos alimentan a sus crías y los tallos tiernos del maíz que acaba de nacer se han convertido en parte de la dieta de sus pollos. Depredador Fuentes consultadas señalaron ayer que existen repelentes inofensivos para las aves y que evitan que produzcan daños. Por 1,60 euros se puede obtener cantidad suficiente para mantener a salvo una hectárea de terreno. En todo caso, dicen, el cuervo es beneficioso para los cultivos como depredador de insectos. Los agricultores, sin embargo, manifestaban su desconfianza por este producto e incluso por los métodos más tradicionales, como el clásico espantapájaros.