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El sindicato se erige en defensor del mayor damnificado por los impagos

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p. o. | león
León

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El sindicato agrario Asaja decidió reunir a 40 ganaderos afectados por el impago de la leche suministrada a industrias Rofer. Los afectados y los responsables de la institución agraria llegaron a un acuerdo sobre el pago del coste de la defensa. El presidente de Asaja, José Antonio Turrado, entiende que «Rofer ha abusado de los ganaderos». En su opinión, el colectivo al que representa tiene todas las de perder en este proceso en el que se ha jugado con el futuro económico de muchas familias. Turrado recuerda que la empresa ha hecho queso con la leche que recibió de los ganaderos a los que no pagó y cuyo producto final vendió en el mercado, por lo que percibió unos beneficios, de lo que se desprende que son los grandes «damnificados». A esta situación se añade otra de cara al futuro más inmediato y que repercute de forma importante en los ganaderos. Con el cierre de Rofer los productores de leche de la montaña central y occidental casi se quedan sin industrias lácteas a las que suministrar su materia prima. De esta forma, las ganaderías pequeñas ubicadas en rutas de recogida difícil se exponen de forma seria a su desaparición. Los productores de la zona sólo pueden entregar al leche en una empresa ubicada en Riaño. Posibles compradores José Antonio Turrado también expresó sus dudas sobre la posibilidad de que existan empresas interesadas en la compra de Rofer. «Las empresas tienden a concentrarse y la desaparición de una supone que el resto se haga con el mercado», indicó el sindicalista. Sobre este particular, el representante de Rofer, José María García Fernández, aseguró que «había tres grupos de inversores interesados en continuar con el negocio. Eran de Asturias, Galicia y León, pero la primera condición que se debía cumplir es que se aprobara el convenio de los acreedores». A estos apoyos la empresa suma el interés de las administraciones por conseguir una buena solución al conflicto y su capacidad de venta superior a los 6.000.000 de euros anuales al 50% de producción y el mantenimiento de cerca de 30 empleos. Desde el sindicato Asaja solamente desean que pase lo que pase al final del trayecto de este conflicto, lo único importante es que se estableciese una industria a la que poder vender la leche. El futuro de los pequeños ganaderos de la zona depende de la existencia de un comprador para la leche.

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