El pedáneo alerta contra las crecidas del Valmecín, olvidado por la Junta
El alcalde pedáneo de Casasola de Rueda por la Unión del Pueblo Leonés, Edmundo Carpintero, denuncia que la Junta de Valladolid y la Confederación Hidrográfica del Duero han desatendido sus demandas sobre las crecidas del arroyo Valmecín durante más de tres años. El problema viene dado por las crecidas primaverales del reguero, que han destrozado el camino de una de sus riberas impidiendo el paso de los vecinos desde el paraje de El Corcho hasta el casco urbano de Casasola. Tras solicitar en el año 2000 a la Confedercación Hidrográfica del Duero (CHD) una solución al problema, ésta aseguró que no era competencia suya y afirmó que debía solucionarlo la Junta. Sin embargo, «la Junta ha dicho tras muchísimo tiempo -tres años- que sí, que lo arreglaba, y resulta que en ese periodo el reguero ha dejado al aire las tuberías de la traída y el colector de aguas», afirma Carpintero. Aislar un asilo de doce plazas Por ello, el pedáneo volvió a preguntar a la delegación territorial de la Junta en León qué pasaba con la reparación del camino y la protección de la traída de agua y el colector, pero los funcionarios de la Administración autonómica le indicaron que este año no había dinero para pequeñas obras. «Si no hay dinero -se queja-, entonces nos dejan expuestos a lo que pueda pasar. ¿Y qué puede pasar? Que la próxima crecida se lleve por delante los tubos de la traída de aguas y el colector y que además deje aislada a la residencia de ancianos, donde viven doce personas mayores», vaticina. «Es más -precisa-, hace dos años tuvieron que sacar a una persona del reguero porque se hundió el camino a su paso; aunque hubo fortuna y no le pasó nada». El Ayuntamiento de Gradefes apoya la demanda de Carpintero y afirma que el camino «ha quedado impracticable» . Por ello han solicitado una subvención para una obra de 23.000 euros que solvente el problema con una escollera. Aburrido de buenas palabras de la CHD El pedáneo de Casasola recuerda que primero les «marearon la cabeza entre la Confederación Hidrográfica del Duero y la Junta, luego dieron buenas palabras, pero al final la Junta no hace nada, porque afirman que no tienen dinero para problemas como éste». Tras tres años de retrasos y ninguna solución, ha decidido hacer pública la peligrosidad de las crecidas del arroyo.