La procesión a la ermita de San Marcos y la pista de baile centran la atención

La pedanía de Riego de la Vega celebra este fin de semana su fiesta mayor, la del Corpus, con sus dos procesiones -la más importante, tendrá lugar mañana, tras la misa de una- y sus bailes en la pista-jardín que se construyó a este efecto y que atraen a un buen número de gentes de los pueblos vecinos a las noches de fiesta. Los actos, que se desarrollan durante la jornada de mañana y la del domingo, costarán 7.000 euros, de los que 4.000 aporta el Ayuntamiento de Riego de la Vega, y gracias al acuerdo con las pedanías, por las que se subvencionan las celebraciones con una cantidad fija y otra variable, ésta en función de los habitantes de la localidad. El acto central es la procesión de mañana. A la una de la tarde, la parroquia se llena de fieles, que, vestidos con sus mejores galas, partirán tras la misa hasta la ermita de San Marcos, acompañados de la banda de música. El cortejo pasa por las calles del Prado, la Zaya y el Encinal y para llegar al pequeño templo, hasta el que se lleva el cuerpo de Cristo en la custodia y bajo palio. El recorrido de vuelta a la parroquia se realiza por la calle ancha. Antes de comer, los vecinos acuden al tradicional baile-vermú, en la pista de baile, que ameniza una banda de músicos del conservatorio astorgano. La verbena de Sonora Real cierra la jornada. La calle del gato El domingo, y como cualquier jornada festiva, se abre con una nueva misa y con una procesión por la calle del Gato. Si bien el cortejo no tiene la importancia del día anterior, sí se puede señalar que la vía por la que pasa es de las que tiene sabor en el pueblo. El plato fuerte de este día llega por la tarde, con unos juegos infantiles que gozan de una buena acogida entre los más pequeños y que incluyen desde paseos en quad hasta una lucha entre gladiadores, pasado por los tradicionales hinchables. Por la noche, la pista de baile se convierte de nuevo en protagonista, al son de la música del grupo Ipanema.