| Entrevista | José Luis Ingelmo |
«Es un orgullo haber nacido aquí, porque Sahagún marcó mi vida»
José Luis Ingelmo ha sido elegido junto con su hijo Carlos, ambos nacidos en la villa pero residentes en Salamanca, para ejercer de mayordomo durante las fiestas del Corpus
Los actos religiosos en honor de San Juan de Sahagún cuentan actualmente en el cargo de mayordomo con dos descendientes directos de la villa donde nació el santo, aunque residentes en Salamanca. Se trata de José Luis y Carlos Ingelmo, dos de los 250 miembros de la hermandad de San Juan, en quienes ha recaido el privilegio de ser mayordomos durante las fiestas de Sahagún. Un papel clave que merece ser comentado con José Luis. -¿Qué significa para ustedes ser mayordomos en estas fiestas? -Llegar a ser mayordomo supone un reconocimiento por parte del resto de compañeros de la hermandad, algo así como un premio que certifica de alguna forma la pertenencia a ella. un privilegio que además compartimos padre e hijo. - ¿Es un reto? -Esto es algo semejante al novillero que toma la alternativa. Queremos corresponder la confianza depositada que han depositado en nosotros por quienes nos antecedieron, esperando poder decir una vez concluidas las celebraciones que todo ha salido según lo previsto. -¿Qué diferencias hay entre estas celebraciones y las de Salamanca, donde ustedes residen? -En Salamanca no existe el ambiente que se da a estos festejos en Sahagún. Allí todo es más superficial, no se vive con el fervor de este pueblo. Es más, cuando paso por la iglesia del santo en Salamanca, en mi interior siento la necesidad de entonar el Ángel de la Paz , y se me coloca un nudo en la garganta. -¿Qué opina de un posible hermanamiento entre ambas ciudades? Actualmente entre Sahagún y Salamanca existe ese lazo de hermandad que supone compartir santo. Ambas son portadoras del mensaje de paz de San Juan, y de alguna forma el flujo entre salmantinos y sahagunenses siempre ha sido especial. Hasta tal punto es así, que actualmente son muchos los nacidos en Sahagún que residen en Salamanca. En cuanto a un posible y profundo compromiso de un hermanamiento entre Sahagún y Salamanca, yo estaría encantado - comenta José Luis-. Y creo que hasta San Juan lo bendeciría con toda solemnidad, estoy seguro que para que esto se haga realidad solo hace falta buena voluntad. Eso y una mayor relación entre ambas partes, ya sea mediante intercambios culturales y o a través de acciones conjuntas que sirvan de acercamiento entre los dos pueblos que tanto quiso nuestro San Juan de Sahagún que también lo es de Salamanca. -¿Creen que el santo debería tener una monumento en la villa? -Uno quiere pensar que el santo cuenta ya con un monumento en cada uno de los habitantes. De todas las formas y no por el dicho de que «no por mucho trigo es mal año» San Juan de Sahagún, bien se merece un reconocimiento popular y con ello una señal de agradecimiento, transmitiendo a propios y extraños no solamente el fervor de un pueblo, sino la confirmación de sus orígenes. -¿Qué supone Sahagún en su vida? Para mi es un orgullo haber nacido aquí, y aún no teniendo familia actualmente en la Villa que me vio nacer, en mi recuerdo están siempre presentes las calles que recorrí siendo niño, mis actividades al frente de la O.J.E. o los hombres que tanto quisieron a mis padres. Por lo que puedo decir que Sahagún me marcó para toda la vida. Los actos religiosos en honor de San Juan de Sahagún cuentan actualmente en el cargo de mayordomo con dos descendientes directos de la villa donde nació el santo, aunque residentes en Salamanca. Se trata de José Luis y Carlos Ingelmo, dos de los 250 miembros de la hermandad de San Juan, en quienes ha recaído el privilegio de ser mayordomos durante las fiestas de Sahagún. Un papel clave que merece ser comentado con José Luis, quien no ha faltado nunca a los festejos en honor de San Juan. -¿Qué significa para ustedes ser mayordomos de la Hermandad de San Juan en estas fiestas? -Llegar a ser mayordomo supone un reconocimiento por parte del resto de compañeros de la hermandad, algo así como un premio que certifica de alguna forma la pertenencia a ella. Un privilegio que además compartimos padre e hijo. - ¿Es un reto? -Esto es algo semejante al novillero que toma la alternativa. Queremos corresponder la confianza depositada en nosotros por quienes nos antecedieron, esperando poder decir una vez concluidas las celebraciones que todo ha salido según lo previsto. -¿Qué diferencias hay entre estas celebraciones y las de Salamanca, donde ustedes residen? -En Salamanca no existe el ambiente que se da a estos festejos en Sahagún. Allí todo es más superficial, no se vive con el fervor de este pueblo. Es más, cuando paso por la iglesia del santo en Salamanca, en mi interior siento la necesidad de entonar el Ángel de la Paz , y se me coloca un nudo en la garganta. -¿Qué opina de un posible hermanamiento entre ambas ciudades? -Actualmente entre Sahagún y Salamanca existe ese lazo de hermandad que supone compartir santo. Ambas son portadoras del mensaje de paz de San Juan, y de alguna forma el flujo entre salmantinos y sahagunenses siempre ha sido especial. Hasta tal punto es así, que actualmente son muchos los nacidos en Sahagún que residen en Salamanca. En cuanto a un posible y profundo compromiso de hermanamiento entre Sahagún y Salamanca, yo estaría encantado. Y creo que hasta San Juan lo bendeciría con toda solemnidad. Estoy seguro de que para que esto se haga realidad solo hace falta buena voluntad. Eso y una mayor relación entre ambas partes, ya sea mediante intercambios culturales o a través de acciones conjuntas que sirvan de acercamiento entre los dos pueblos que tanto quiso nuestro San Juan de Sahagún, que también lo es de Salamanca. -¿Cree que el santo debería tener un monumento en la villa? -Uno quiere pensar que el santo cuenta ya con un monumento en cada uno de sus habitantes. De todas formas y no por el dicho de que «no por mucho trigo es mal año», San Juan de Sahagún bien se merece un reconocimiento popular y con ello una señal de agradecimiento, transmitiendo a propios y extraños no solamente el fervor de un pueblo, sino la confirmación de sus orígenes. -¿Qué supone Sahagún en su vida? -Para mi es un orgullo haber nacido aquí, y aún no teniendo familia actualmente en la villa que me vio nacer, en mi recuerdo están siempre presentes las calles que recorrí siendo niño, mis actividades al frente de la O.J.E. o los hombres que tanto quisieron a mis padres. Por lo que puedo decir que Sahagún me marcó para toda la vida.