En recuerdo de los catorce de Casetas El luto cubrió durante años la zona

La fecha del 10 de junio de 1954 ha quedado en la mente de las gentes de la montaña oriental leonesa como el triste día de una de la mayores catástrofes de la minería leonesa. En la mina de Casetas, La Única, propiedad de la empresa Esteban Corral, a las 12.20 horas, la detonación de una carga explosiva destinada a eliminar, por la vía rápida, un atasco existente en el pozo de ventilación, pudo haber sido la causa de una explosión de grisú. En la mina estaban trabajando unos 200 mineros. La noticia corrió por toda la montaña y por el tradicional mercado semanal de Cistierna. La brigada de salvamento de Hulleras de Sabero se ocupó de la recuperación de los cadáveres que fueron trasladados al local sindical de La Ercina. La mina disponía de dos planos inclinados, uno descendía hasta el cuarto piso, mientras el otro lo hacía hasta el séptimo piso. Mediante un transversal se comunicaba entre sí la base del primer pozo con la base del segundo, de este transversal partía hacia el exterior el pozo de ventilación, donde se produjo la explosión seguido de una fuerte luz parecida a un flash, según manifestaban algunos heridos a los medios de comunicación de la época. El homenaje que se va a rendir en recuerdo a los catorce de Casetas servirá a la vez como un homenaje a todos los mineros muertos en la minería leonesa. A los nombres de Adolfo Díez, Antonio Feliz Rodríguez, Cesáreo García, Delfín Ríos, Egesipo Sánchez, Esteban Fernández, Evaristo Ferreras, Francisco Córdoba, Jesús Sánchez, Leonardo Tascón, Nemesio Sánchez, Ramiro de la Varga, Roberto Díez y Trinitario Rodríguez habría que sumar los cientos de hombres que dejaron su vida en la minería. El acto, que se iniciará mañana sábado a las 12.00 horas, consistirá en la colocación de una vagoneta, donada por la empresa Hullera Vasco Leonesa, en la explanada del Ayuntamiento de La Ercina. Se espera la llegada de autoridades de todas las administraciones. Cientos de personas de la montaña oriental leonesa y de toda la provincia se dieron cita el 11 de junio de 1954 para asistir al entierro de los catorce fallecidos de la mina La Única de Casetas. Tras los funerales, los féretros fueron enterrados en los cementerios de los lugares de residencia de los mineros. Las imágenes son elocuentes por sí mismas y recuerdan otros accidentes mortales acaecidos años antes.