La empresa exige que no se dañe su imagen ni se le acuse sin motivos
Manuel Martínez, director de Calidad y Medio Ambiente de Azucarera Ebro, manifestaba ayer la exigencia de su empresa de que no se ejerzan acusaciones contra la fábrica de La Bañeza «que no estén fundamentadas, que causan daño a la imagen de la empresa y al pueblo». Martínez dio el apoyo de la azucarera al estudio que determine la procedencia de los malos olores, a la vez que mostró el interés de Ebro por que se soluciones. Si la olfatimetría de dispersión apuntase a la factoría como causante de los hedores, la empresa acataría su responsabilidad, según el director del área ambiental de la empresa, que insistió en que la fábrica no es responsable de la molestia. En cuanto al proyecto de remodelación de las balsas de decantación, Martínez afirmó que no existen motivos para interpretarlo de una forma negativa, sino que se trata de una serie de medidas técnicas de adecuación para un mejor cumplimiento de la ley y evitar hipotéticos riesgos», dijo el directivo. «Un proyecto positivo» «No hay vertidos ni más superficie ni otros hechos negativos en el proyecto. Bajo esta perspectiva sólo se puede determinar que el proyecto es bueno y que se debe explicar como tal», manifestó Martínez, que explicó también que en las balsas de decantación «sólo hay agua que se utiliza para el lavado de la remolacha» y que ésta se extrae de la propia raíz -compuesta en un 75% por el elemento- para evitar así el uso de agua captada de los ríos. Manuel Martínez agradeció al Ayuntamiento de La Bañeza la reunión que se celebró ayer, que calificó de cordial y provechosa «por el deseo que existe por ambas partes de trabajar en favor de la fábrica».