Un puesto de trabajo y una casa «para una familia numerosa»

José Antonio Prieto, alcalde de Alija del Infantado, señaló ayer que el Ayuntamiento intentará que una familia se responsabilice del Museo Etnográfico Benigno Eiriz si las conversaciones con sus legítimos herederos llegan a buen puerto y se firma el convenio que anunciaba ayer Prieto. El gobierno municipal, según explicó Prieto, quiere que el puesto de trabajo que se cree por atender la instalación tenga carácter social, de «ayuda a una familia que preferimos que sea numerosa», dijo el regidor, y no se descarta que los miembros de ésta sean inmigrantes, naturales de, por ejemplo, un país de la América latina. Lo que a primera vista podría parecer un capricho -en cuanto a los tres hijo o más que se prefieren desde el Ayuntamiento para el empleado y su cónyuge- está encaminado, explicó Prieto, a «frenar la despoblación» del medio rural y a la que no es ajena Alija del Infantado. La vivienda se encuentra en la misma casa que alberga el museo y se trata de un edificio típico de la zona, según el alcalde. Una exposición enorme Quien finalmente quede al cuidado del museo etnográfico si llega su reapertura estará al cargo, según declaraciones de Eiriz que recogía este periódico (15 de marzo de 2001), de «la colección de aperos de labranza más grande de Europa, mayales de toda la península Ibérica, la mejor reunión de motores agrícolas hasta la llegada del tractor o la colección más completa de yugos de España». El museo exhibía unas tres mil piezas, si bien su fundador aseguraba poseer entre seis mil y ocho mil, con las que Eiriz pretendía demostrar que «la verdadera revolución fue la del Neolítico y no la industrial». La apertura del museo se vio en Alija como un complemento a sus monumentos.