Con el teatro en el alma

Según recuerdan los profesores del instituto de Villablino, en el curso 2002-2003 llegó al centro María Carmen Varela «con una tarea compleja, que consistía en convencer a los alumnos de que las materias que ella iba a impartir eran tan interesantes como las demás, a saber: una lengua muerta (así la llaman), el latín, y una cultura de prestigio, pero poco apreciada dentro de las aulas, la clásica». Lo del latín «lo consiguió sin reservas y ha tenido en Bachillerato a alumnos brillantes que le han dado muchas satisfacciones», precisan. Con los alumnos de secundaria, a los que ha enseñado cultura clásica, hay que jugar el lance a fondo y desplegar todas las habilidades que se han ido acumulando a lo largo de años de docencia. «También lo consiguió, les enseñó la vida, las costumbres y la lengua de griegos y romanos, y les dio a conocer mitos y leyendas del mundo antiguo de formas tan cercanas y actuales que terminó convenciendo a la mayoría», indican. Involucrar a todo el valle Una de esas formas fue el teatro, «porque María lleva el teatro en el alma. Su pasión por él, sin embargo, no le permitió transmitirlo exclusivamente a sus alumnos», aseguran. Por este motivo, emprendió otra nueva tarea aún más compleja, que fue tratar de que todos los alumnos del valle participaran en la fiesta del teatro. Para ello, y con la ayuda de algunos compañeros, se puso en contacto con todos los centros de la zona, buscó patrocinadores, habló con editoriales, preparó obras con los niños y, finalmente, se pudo poner en pie la primera muestra de teatro escolar en el valle. Eso sucedió el curso anterior, y éste se ha podido repetir «porque el empeño de María seguía vivo, el suyo y el de los profesores y padres de los centros que han participado y que juntos han logrado algo que no parecía posible», entienden los profesores del instituto. Comprobar que cada tarde el salón de actos se llenaba de niños y jóvenes con sus familias, y que sobre el escenario trajinaban desde los más pequeños, venciendo sus comprensibles torpezas, hasta los adolescentes, venciendo su consustancial pudor, ha sido todo un espectáculo. María regresa a su tierra, Galicia, y ha pedido a sus compañeros que continúen la labor. Por eso, varios profesores ya han manifestado que están dispuestos a recoger el testigo.