Robo y retorno del patrimonio de Oville

Los vecinos de la localidad de Oville, pueblo perteneciente al Ayuntamiento de Boñar, se vieron sorprendidos una mañana cuando comprobaron que las piedras del antiguo molino que durante años han estado en uno de los márgenes de la carretera, a apenas cien metros de la entrada del pueblo, habían sido robadas. Rápidamente la noticia corrió por todo el valle y se realizó una denuncia ante el Ayuntamiento. Esto hizo que en apenas unas horas se supiese que un empresario a parte de llevarse el mineral que la naturaleza ha dotado a la zona de Oville cargó en un camión las piedras valiéndose de una excavadora para arrancarlass. El malestar fue tal que las piedras volvieron a su lugar de la noche a la mañana. Claro que según señalan muchos de los vecinos las han dejado colocadas de cualquier manera y dos de ellas están rotas. Las piedras son de caliza roja y eran las que permitían la entrada del agua al molino para mover el rodezno. Aunque la gente dice no conocer la edad del molino, los más atrevidos haces cuentas en función de otras edificaciones como la iglesia y datan las obras en torno al año 1700. Y recuerdan que la edificación era propiedad de la familia del cura. El hecho de que las piedras se encuentren en uno de los márgenes de la carretera se debe a que ésta fue montada sobre parte de la presa que conducía al agua hasta el molino. La edificación tenía en total uno 20 metros cuadrados y era considerado el mejor molino de Oville por la potencia con la que discurría el agua. No obstante hay que recordar, tal y como algunos señalan, que Oville ha sido el pueblo de los molinos dado que llegó a contar con más de una docena. Todos fueron destruidos, al igual que el resto de pueblo tras la guerra civil, concretamente en el año 1937, cuando sólo se salvó de las llamas un palomar, una hornera y una capilla; el resto de la viviendas y edificaciones fueron pasto de las llamas de la guerra.