El gaseoducto continuará por el casco urbano como estaba previsto

Representantes y técnicos de la empresa Septentrional del Gas, concesionaria del gaseoducto La Robla-Guardo, mantuvieron una reunión con los miembros de la junta vecinal de Modino y vecinos para informales del trazado de esta canalización a su paso por el casco urbano de Modino. Recordaron que el espesor de la tubería, a su paso por Modino, cambiará de 7,9 milímetros a 8,9 milímetros y que el margen de seguridad diminuye de 10 metros a 2,5 metros. Además informaron de que las medidas de seguridad son extremas ya que en el caso de pasar algo la actuación de la empresa se realizarán en 30 minutos. No obstante aseguraron que es prácticamente imposible una detonación del gas y que no se producirán inflamaciones. «Los tubos vienen probados y sin fallos y la unión se realiza por medio de soldadura que posteriormente se radiografía y se verifica con pruebas de estanqueidad y resistencia», aseguró uno de los técnicos. A pesar de las explicaciones los vecinos seguían sin entender porqué no se había elegido una trazado fuera del casco urbano, dado que ante posibles problemas los más seguro es el monte y no las zonas habitadas. A este respecto uno de los técnicos recordó que ni el Ayuntamiento de Cistierna, ni la junta vecinal de Modino habían presentado alegaciones al trazado del gaseoducto. Además los trece vecinos de Modino afectados aceptaron cobrar las indemnizaciones y no realizaron alegaciones. «Tan sólo una de ellas alegó alejar el trazado lo más posible de su nave ganadera y su vivienda», dijo uno de los técnicos. La empresa Septentrional del Gas manifestó que no va a variar el trazado dado que ello implicaría la paralización de las obras por muchos meses puesto que sería volver a empezar de nuevo con estudios como el impacto ambiental. El presidente de la junta vecinal de Modino, Antonio García, reconoció que casi todos los vecinos conocían el trazado y no se hizo nada en su momento y era ahora cuando se ven ya las primeras máquinas cuando ha causado mayor impacto y preocupación entre la gente ante posibles explosiones o fugas del gas. Otro de los problemas para los vecinos es la posibles limitaciones a la hora de realizar obras que será necesario, a partir de este momento, pedir permiso a la empresa.