Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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PARECE SER que han desaparecido de nuestro Consistorio documentos históricos que, teniendo un valor histórico reconocido, no estaban lo bien custodiados que deberían, siempre y cuando no se encuentren en su lugar y nadie sabe donde están. No seré yo quien trate de poner nombre al culpable. Estas cosas suelen ocurrir por negligencias de todos y al final nadie suele tener la culpa de nada. Lo que es verdaderamente de risa es la falta de seguridad que debían de tener tales documentos, cuando cualquiera pudo haber accedido y haberse apropiado de ellos. La Carta Puebla, que en el año 1270 otorgara a Laciana el Rey Alfonso X el Sabio, es un documento por el cual se conceden una serie de privilegios a sus moradores. A su vez, El Libro de la Sal, refleja los pagos que antaño se realizaban en concepto de impuestos y que se hacían utilizando la sal, de gran valor por aquel entonces, como moneda. Ambos libros tienen un valor histórico, como digo, incalculable, pero sobre todo la Carta Puebla, ya que con ella se demuestra el carácter indómito que desde siempre tuvimos los lacianiegos, llegando hasta el Rey para pedir protección ante los abusos que cometían los señores feudales del entorno. Con la Carta se consiguió una cierta independencia respecto a ellos y no tener que dar cuentas más que al Rey. Bueno, así contado de manera sencilla. Al contrario de lo que hoy ocurre con Laciana y los lacianiegos, que nos encontramos entregados y vendidos al mejor postor por nuestra clase dirigente. No entraré en el valor histórico que tiene para nosotros los documentos desaparecidos. Son parte de nuestro menguado patrimonio cultural y, deberían de estar en un lugar seguro y que nadie pudiera hacer uso de los mismos sin que existiera una seguridad absoluta sobre su conservación y buen trato. Pero al parecer a nuestros gobernantes todo esto le parecen minucias y se han despistado en su custodia. Con todo ello, pareciéndome una verdadera vergüenza que estas cosas ocurran, que nuestro patrimonio cultural esté en manos de irresponsables, creo que el mayor Patrimonio (así con mayúsculas) que siempre ha tenido Laciana es su entorno privilegiado; sus montes, sus ríos, sus valles, todo lo que estamos dejando que nos roben. Me parece inconcebible, que los bosques que nuestros antepasados repoblaron año tras año, hasta conseguir las debesas que nos rodean estén siendo arrasados con el total beneplácito de nuestros gobernantes, sino díganme de alguno que se esté oponiendo de manera clara a que la barbarie continúe. Anteayer fue Leitariegos, ayer Fonfría y el Feixolín, mañana será Buxionte, y así, día tras día están acabando con el patrimonio mayor con que contaba Laciana, su entorno natural No olvidemos que lo que se está destruyendo no tiene solución, todo aquello que están arrasando se quedará tal cual por los siglos de los siglos, de poco servirá que digan que se va a restaurar. ¿Volverán los árboles centenarios a poblar los bosques destruidos; volverán las fuentes cristalinas a manar, los regatos que antes corrían por las laderas volverán? No todo lo destruido ya no tiene solución. Por eso, deberíamos de tener claro que queremos para Laciana. De poco nos vale con crear fundaciones ni paparruchas que solamente sirven para salir en los papeles y que la gente que nos conoce el percal piense, que hábiles son en Laciana, cuando la inminente realidad es otra muy diferente, que estamos vendiendo el Valle de Laciana y su patrimonio, y lo que es más triste, que lo estamos vendiendo por un puñetero plato de lentejas.

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