Programa de verano
COMO siempre a lo largo de los últimos años, acoge el valle de Laciana los cursos organizados por la Universidad Carlos III, la Universidad de León y el Ayuntamiento de Villablino, que con una duración de 20 o de 10 horas, tienen lugar durante el presente mes de julio. La variedad y la actualidad son el denominador común de los mismos, con una temática que abarca, desde cuestiones tan en boga como el estatus de la mujer en la actualidad, hasta el papel de las reservas de la biosfera, por citar un par de ellos, ponen de manifiesto que los programadores de los mismos saben acertar de pleno, tanto en su contenido como en los ponentes de los mismos. Ya nos gustaría a todos que se nos contagiara algo de lo impartido por estos pagos y las palabras que llenan las aulas donde se imparten los cursos, no se las llevara el viento como la canción de viejo Dylan. Y digo lo de viejo en su total extensión, pues bien pudieron comprobar los muchos lacianiegos que el pasado jueves abarrotaban el coso taurino de León que aunque los viejos roqueros nunca mueran si se nos hacen viejos. Digo que nos gustaría que se nos contagiara algo de lo dicho, porque aunque una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo, podrían apuntarse la mayoría de los políticos que rigen los destinos de Laciana y los lacianiegos, al menos como oyentes, pues algo quedaría de lo escuchado. No puedo llegar a entender que el Ayuntamiento que contribuye a la programación de los citados cursos, haga caso omiso a la temática impartida en los mismos y sea un colaboracionista en el propio deterioro medioambiental de todo lo que nos rodea. No concibo que se colabore a difundir teorías en contra de la destrucción de nuestro entorno natural y a la verse den toda clase de facilidades a aquellos que lo destruyen. Además pudiendo poner freno, como podrían hacerlo si quisieran, a los desmanes llevados a cabo a diario por MSP. En realidad, tampoco concibo la total pasividad de aquellos que imparten los cursos, ante los desaguisados que pueden contemplar a su alrededor, haciendo la vista gorda como si no ocurriese nada. El valle de Laciana ofrece al visitante durante el verano, además de esta variedad de cursos programados, otra manera de pasar unas cortas vacaciones por estos parajes, es el campo de trabajo Laciana 2004, en el que al lado de convivir con gentes diversas y lo que ello conlleva, se participa en la restauración de edificios emblemáticos del Valle, como son los molinos de agua, los lavaderos, las fuentes... Prácticamente, la totalidad de los jóvenes asistentes a estos campos de trabajo se van plenamente satisfechos a sus lugares de origen, llevando un recuerdo de Laciana que mantendrán mientras vivan... También desde la Asociación Cuatro Valles se continúa con las rutas turísticas guiadas, una de las cuales, la de los Molinos, discurre entre Villablino y Sosas de Laciana. Todas estas ofertas hacen de Laciana un lugar idóneo para visitar durante el verano, sobre todo si tenemos en cuenta que todo lo que nos rodea y podemos ver este verano, posiblemente el próximo haya desaparecido por la voracidad de las máquinas de MSP. Para el visitante, sería una buena manera de agradecer el recibimiento que Laciana le hace contribuyendo a luchar contra los males, que día tras día sufren nuestros montes, sobre todo si con ellos contribuyese a despertar las dormidas conciencias de los lacianiegos, entregados a su sino sin hacer casi nada por remediarlo.