La Carta Puebla permanece a buen recaudo en un archivo estatal

Ni se trata de un documento incunable, ni data del siglo XIII, e incluso algunos historiadores no dejan claro si realmente el legajo histórico desaparecido del Ayuntamiento de Villablino y conocido como Carta Puebla es un original o una copia. Los documentos desaparecidos del archivo municipal, y que han originado la presentación de una denuncia en el Juzgado de Primera Instancia de la capital lacianiega por parte del actual alcalde Ángel Crespo a petición de los grupos de oposición, son del siglo XVI y el XVIII y no corresponden a lo que se ha afirmado durante estos días, aunque sin duda mantienen un importante valor histórico, cultural y sobre todo etnográfico. La Carta Puebla que el rey Alfonso X el Sabio concedió a Laciana en 1270 permanece a buen recaudo en la Real Academia de la Historia (RAH), aunque muy posiblemente ni siquiera este documento sea el original, sino que se trate de una copia posterior, tal y como se baraja en la publicación Los Fueros del Reino de León , de Justiniano Rodríguez. Lo que realmente debería permanecer en poder de los responsables municipales es una Real Carta de Privilegio y Confirmación que sustituye a la Carta Puebla y que fue redactada por Felipe II el 12 de marzo de 1570. Otra referencia incluida en una publicación de rigor etnográfico como El Calecho también hace referencia a este documento y el entonces profesor de lengua española Javier Rodríguez afirma que «sería el tiempo, Suero de Quiñones o no sabemos quién su destructor; ha desaparecido, pero su espíritu y su letra se han perpetuado y alientan la vitalidad secular del valle». El libro de la Sal El otro documento desaparecido del archivo municipal que se conoce como Libro de la Sal, es en realidad una especie de ejecutoria real que data de 1788 y en ella se recoge la reclamación de los concejos que actualmente responden a Palacios del Sil, Cabrillanes, San Emiliano, Páramo del Sil y Peñalba de Babia reclamando el mismo privilegio que ya se había otorgado a Laciana para aprovisionarse de sal en Asturias. Entonces, todos estos municipios se surtían de uno de los productos mas valiosos de la época en la salina de Poza, en la provincia de Burgos, que según el citado documento «se encontraba a más de 40 leguas de distancia, con un terreno áspero, lleno de puertos peligrosos, cubierto de nieve ocho meses al año», entre otras dificultades. Por el contrario la salina de Asturias donde ya se surtían los lacianiegos a raíz de una ejecutoria previa, se encontraba a «12 leguas de camino fácil, rápido y seguro». Tampoco se trata de documentos incunables como se ha afirmado durante estos días, ya que según queda reflejado en el diccionario de la RAE, este término se aplica «a las ediciones hechas desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI». A pesar de todas estas imprecisiones, la realidad es que los documentos desaparecidos son de gran importancia cultural, histórica y sobre todo etnográfica, al formar parte importante de la cultura tradicional del valle por lo que los responsables municipales están obligados a tutelarlos. Las imprecisiones han dejado además nuevamente en evidencia la falta de estudios serios y fiables sobre la amplia y rica historia de la comarca. Por lo demás, de momento nadie se atreve a señalar nada sobre los motivos que han provocado esta desaparición, y la única certeza es que no están en los archivos municipales desde el pasado mes de marzo. Mientras unos insinúan que estos documentos ya desaparecieron hace mas de un año, sus antecesores lo niegan.