Pendones, flauta y procesión

La Mancomunidad de Municipios de la Maragatería convocó ayer a numerosos vecinos e hijos de la zona en torno a la fiesta anual de la entidad, una cita de ocio y de tradiciones en la que no faltaron los pendones y pendonetas de la zona. El de Valdespino de Somoza abría la comitiva que completaban los de Lagunas, Val de San Lorenzo, Tabuyo del Monte, y el municipio anfitrión. Esforzados mozos pujaron los estandartes en una calurosa mañana sin viento, mezclando a tramos sus pasos con el polvo del camino. El cortejo continuaba con un grupo de maragatos que animaba la jornada con música típica, con la cruz parroquial de Santiago Millas, del siglo XVII, y una pequeña talla del patrón Santiago que los vecinos portaron en vísperas de la onomástica del santo. Se da la circunstancia de que la imagen fue donada en 1881 por Pedro García, conductor de caudales del gobierno y bisabuelo del párroco del municipio, José Manuel Sutil, explicó el propio sacerdote. La procesión partió de la iglesia de Santiago Apóstol, construida entre los siglos XIII y XVII, para dirigirse hasta el paraje denominado El Cañal, una amplia chopera en la que tuvo lugar una misa al aire libre concelebrada. La jornada incluyó un homenaje a la etnógrafa e investigadora Concha Casado Lobato, con el que la mancomunidad quiso reconocer la labor que esta estudiosa de las costumbres de la zona ha realizado en favor de su conservación y difusión. Por ello, Casado recibió una placa conmemorativa en plata. La fiesta continuó con un vino español en el que los numerosos asistentes pudieron degustar Mantecadas de Astorga y caldos de la tierra, así como con bailes maragatos y una animada comida campestre. La celebración terminó con una verbena nocturna. Al acto acudieron, entre otras autoridades, la diputada provincial Natividad Cordero, y los alcaldes de la Maragatería Marisa Rodríguez, José Miguel Nieto, Pedro de Cabo, y Francisco Nistal, además de Castro.