La cruz del molino vuelve a su lugar gracias a un particular

La conocida como cruz del molino de Sorriba del Esla, en el municipio de Cistierna, luce de nuevo en el lugar en el que antaño ocupó lugar destacado desde el pasado 26 de julio. La iniciativa particular de Emilio Rodríguez Tagarro, hijo del antiguo molinero y descendiente de una saga dedicada a este oficio fue, según él mismo quiere hacer constar en un escrito remitido a este periódico, la que ha permitido recuperar este símbolo del pueblo en un cruce de caminos. Tagarro destaca que fue él y no la Asociación del Camino de Santiago Ruta Vadiniense Picos de Europa, tal y como se informó durante el acto a este periódico -que así lo publicó el día 26 de julio-, que patrocinó, diseñó, construyó y costeó la reposición del crucero y su inauguración. Rodríguez Tagarro afirma que la asociación «no ha tenido participación alguna en el proyecto de reconstrucción» y que su único protagonismo obedece a que «permitió» a su presidente participar como ponente en el acto inaugural. De hecho, se recuerda, una placa al pie de la cruz así lo reconoce, con una dedicatoria a los antepasados de Tagarro, antiguos propietarios del molino de Sorriba. En el crucero confluyen el camino de Sorriba al molino, el ya desaparecido como consecuencia de la concentración parcelaria y que dirigía directamente hacia la ermita de la Virgen de la Vega, el que lleva al Mercadillo con su puente y las ruinas de la torre de vigilancia sobre el altozano según se sale del mismo a la izquierda y que se conocía como El Torrejón, y el que se dirigía al molino, que ha dado nombre a este crucero. El quinto era el que se dirigía a Cistierna.