Diario de León

| Retablo leonés |

Los hospedajes en la ruta leonesa

La provincia llegó a poner en funcionamiento, en la Edad Media, hasta sesenta hospitales para atender a los caminantes que se dirigían hacia la ciudad compostelana de Santiago

El actual parador de San Marcos se habilitó en la Edad Media como hospital de los peregrinos

El actual parador de San Marcos se habilitó en la Edad Media como hospital de los peregrinos

Publicado por
Enrique Alonso Pérez - león
León

Creado:

Actualizado:

Uno de los grandes indicadores de la enorme riada peregrina que distinguió la Baja Edad Media, en el Camino de Santiago, queda reflejado en el número de hospitales que sembraban la Ruta Jacobea para socorro, ayuda y hospedaje de caminantes necesitados. León llegó a mantener 62 hospitales para peregrinos, concentrados muchos de ellos en algún núcleo estratégico, como era Astorga, ciudad de la que partían nueve itinerarios y convergían dos calzadas de peregrinación: la Vía de la Plata y el propio Camino Francés. Ya en el siglo XII, cuando el clérigo francés Aimeryc Picaud peregrinó a Santiago entre los años 1138 y 1140, dejó descrito con todo lujo de detalles cada uno de los hitos más señalados en su periplo. Las tierras leonesas recibían al peregrino en la ciudad de Sahagún, que ofrecía la bonita cantidad de cinco hospitales, entre los cuales destacaba el regentado por el monasterio benedictino de San Benito el Real, que ya en el siglo XI contaba con 60 camas y llegó a amasar en el siglo XV dos mil fanegas de trigo al año. Hoy, las monjas benedictinas, herederas de las esencias de sus hermanos medievales, mantienen una hospedería privada, mientras que el ayuntamiento ofrece un albergue al servicio del peregrinaje. La tradición asigna el asentamiento de otro hospital entre las poblaciones de Calzada del Coto y Bercianos del Real Camino, en el lugar que ocupa la popular ermita de Perales, de gran predicamento entre las gentes comarcanas. Curiosamente, la iglesia de Santa María de Bercianos, fue adscrita en el año 1186, por el rey leonés, Fernando II al Hospital del Cebreiro. A Mansilla por el Camino El peregrino, una vez superadas las áridas tierras de Campos y las semiparameras circundantes, llegaba a la Manxilla del Codex Calixtinus, donde podía recuperar sus fuerzas en tres hospitales, dos de los cuales, el de Sancti Espiritus y Santiago, conservan aún la regla institucional del año 1570 en el archivo parroquial. En la actualidad los peregrinos son atendidos en el refugio habilitado desde la parroquia. Mención aparte merece el hospital de Villarente, uno de los últimos que se fundó en la red que venimos señalando. Fue construido este hospital en la primera mitad del siglo XVI a costa de don Andrés Pérez de Capillas, Arcediano de Triacastela en la catedral de León, quien lo dotó además con muchos bienes. El patronato de este hospital perteneció durante siglos al padre guardián del convento de San Francisco de la ciudad de León, quien debía cuidar de que nunca faltasen los socorros más elementales a los peregrinos. Todavía hoy podemos contemplar este hospital, edificio dedicado a otros usos, que se distingue de todos los del pueblo por su arco de piedra y su volado alero. Como dato curioso es de resaltar el compromiso que tenía el corregimiento leonés para con este hospital de la localidad de Puente de Villarente por estar encajado en el alfoz de su influencia administrativa. Destaca, entre los cuidados que componían el compromiso, el de tener siempre dispuesta una borriquilla que trasladase a León los posibles enfermos que hasta allí llegasen una vez pasado «el puente de la veintena de ojos y carril serpeante», expresión del citado Codex Calixtinus de Mansilla de las Mulas. Y finalmente, como un regalo para el peregrino, la llegada a León, ciudad mimada en el Camino por las concesiones reales y dotada con cuatro buenos hospitales: el de San Marciel, que después se llamó de San Antonio Abad, el de San Lázaro, que hacía de leprosería, el de San Marcos, adjunto al monasterio de los caballeros de Santiago, fundado por la reina Sancha en el siglo XII, y el propio de la Colegiata de San Isidoro al servicio de los peregrinos. El hospital de San Antón Fue creado allá por el siglo XI, y desde su fundación por el obispo Pelayo hasta su demolición para ser trasladado en el año 1922, estuvo bajo la administración directa del Cabildo y obispos legionenses. En la época de su fundación, el hospital fue adscrito a la primitiva abadía de San Marciel, antecedente de la que más tarde hemos conocido con la misma titularidad del Santo centurión, pero con el nombre castellanizado de San Marcelo. Hasta el año 1531 se denominó con el apelativo de este santo leonés; pero en este año, el último abad de San Marcelo, don Guillén de Prates, de conformidad con el obispo y Cabildo, convinieron en extinguir aquella dignidad y que sus rentas se aplicasen al hospital, que se encontraría en lo sucesivo con el nombre de San Antonio Abad. En la actualidad no se utiliza como hospedaje de ayuda a peregrinos, sino que alberga las instalaciones de la Escuela de Enfermería y las dependencias administrativas del Hospital de León.

tracking