El arte de curar animales

Por primera vez, el centro de acogida temporal de fauna silvestre El Soto, ubicado en la localidad de Villaseca de Laciana, ha puesto en marcha este verano un programa de colaboración con Avafes, una asociación de veterinarios para la atención de fauna exótica y silvestre, que engloba a veterinarios y profesionales de las ciencias ambientales. En virtud a este programa, tres alumnos voluntarios de la facultad de Biología de León, David Mazuelas, Juan Carlos Hernández y Vanesa García, realizaron diversas tareas durante el mes de julio en el centro de acogida, siendo relevados por otros tres compañeros en este mes de agosto. Las principales labores que realizaron los voluntarios fueron la mejora de infraestructuras, atención al público, manejo y recuperación de animales, además de ayudar al responsable del centro, Alfonso González, en todo lo necesario. Los estudiantes mostraron su sorpresa ante la falta de ayudas al centro por parte de las administraciones y se sorprendieron con el hecho de que una sola persona pudiera llevar a acabo todos los trabajos de recuperación de animales. También apuntaron que «es una pena que las instalaciones estén un poco olvidadas y más siendo el único centro de la provincia de estas características». Otro de los aspectos que más les llamó la atención fue que «la gente de afuera de la comarca valora mucho más el trabajo de Alfonso González en el centro y, en el caso de los lacianiegos, están los dos extremos opuestos: los que aprecian la labor que se desarrolla aquí y los que la desvalorizan», explicó uno de los jóvenes. Una gran oportunidad Todos ellos consideraron que esta experiencia es una gran oportunidad para la educación ambiental, como complemento a su formación académica y «que tendría que tener más apoyo por parte de todas las instituciones, ya que se podría aprovechar el centro bastante más de lo que se aprovecha, incluso enfocándolo a un coto escolar, como en otras zonas de la provincia», matizaron. Asimismo, valoraron positivamente el contacto directo con los animales, algo que, según dicen «es muy interesante desde el punto de vista educativo, pues algunos de nosotros no habíamos cogido nunca ni una gallina en nuestras manos». Adiestrar rapaces A su juicio, lo más laborioso en el centro es «el adiestramiento de rapaces, ya que es una tarea que requiere mucho tiempo y paciencia». Lo más penoso de esta labor «es el estado en el que llegan algunas aves al centro», puntualiza. Por ejemplo, «una cernícalo sin alas, que la estamos recuperando porque no puede volar», reconocieron los jóvenes voluntarios.