Diario de León

La gran paella y la concentración de danzantes protagonizan las celebraciones de la localidad

Semana de banderines, tradición y júbilo en los festejos de Villamañán

Bajo la atenta mirada de la Virgen de la Zarza, los vecinos se preparan para agotar siete días de fiesta

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Rut García - corresponsal | villamañán
León

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Los hijos de la villa magna se preparan para abrir la caja de los fragores y las panderetas; elementos que giran sobre sí mismos para dar paso a la tradición de un pueblo con una larga historia señorial como parte del marquesado de Astorga y, también en el pasado, punto de encuentro de mercaderes. Sus habitantes heredaron entonces el apodo de «sardineros», porque todo el pescado que llegaba de la costa se acumulaba en la villa los miércoles en la plaza y así lo atestiguan tres sardinas ensartadas en el interior del escudo de Villamañán. Con semejantes antecedentes se avecinan unas fiestas colmadas de tradición, buen hacer y divertimento cuyo arte tan bien conocen los sardineros. Uno de los platos fuertes es la concentración de grupos de danzantes que se perfila como la gran novedad de este año. La cita tendrá lugar el día 8, a las siete de la tarde, y reunirá a tres formaciones de bailarines venidas desde Palencia y Valladolid junto con el pelotón de la villa de Danzas y Paloteo. Este último está consituido por un grupo infantil y otro de adultos. «Se trata de un proyecto para que en el futuro se haga una concentración de danza y paloteo a mayor escala», afirmaba la teniente de alcalde, Consuelo González, quien matizó que «va a ser un espectáculo digno de ver porque los grupos de Palencia y Valladolid van a traer sus pendones». Otra de las perlas del programa es, un año más, la gran paella, secundada a su vez por las pequeñas y originales ollas que presenta cada peña a lo largo de la calle Revilla. En la sobremesa, el pueblo se deja llevar por el dulce sopor de la locura de las fiestas patronales quizás con un buen baño seguido de un cafelito en las terrazas de la villa o arañándole la sombra a un árbol para descabezar un sueñecito. La ermita de la Virgen de la Zarza constituye uno de los lugares más emblemáticos. En ella se celebra la misa solemne el día 8 y frente a ella se contonean los vistosos atuendos de los danzantes que bailan en su honor. Con ella comienzan y con ella acaban unas fiestas redondas.

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