La habilidad del zamorano

HACE DIEZ DÍAS los alcaldes de Astorga, Benavente y La Bañeza se reunían en la cafetería del Hotel Bedunia para debatir sobre temas generales, según explicaron cuando las cámaras de fotos los pillaban con las tazas en la mesa. Perandones, Palazuelo y García se permitieron el lujo de bromear a propósito de crear un eje que aglutine a las ciudades de la Nacional VI, pero no soltaron prenda. Así que la foto se publicó junto a un breve comentario y, al día siguiente, continuaron las averiguaciones, pero los alcaldes leoneses, Perandones y Palazuelo, no abrieron la boca, dejando a los informadores con la duda y las especulaciones. Más habilidoso estuvo el alcalde zamorano, Manuel García Guerra, que explicó a un medio provincial que los tres regidores realizarán programas turísticos y culturales en conjunto. El benaventano salió airoso de un hecho que no podía negar y, en sus declaraciones, muestra su habilidad para no mentir, pero tampoco cuenta la verdad. García Guerra no dice una verdad a medias. Digamos que el de Benavente es el jugador que no enseña sus cartas o el acusado que ejerce su derecho a no declarar contra sí mismo. En Astorga, Perandones cerró la puerta y en La Bañeza Palazuelo no soltó prenda y se excusó luego explicando que el contenido de la reunión es secreto, al menos por el momento. La clave del encuentro la tienen los libros de historia que había en la mesa, junto a las tazas, y el personaje sobre el que se escribieron.