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Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Dispensa, pero es que vaya semana. Ni tiempo de agarrar la tecla y mandarte unas líneas; de la Ceca a la Meca azacaneados como si estuviéramos condenados a trabajos forzados. Actos para mayores, menores, mediopensionistas y soldados rasos con entrada gratuita. Tan atareado estaba que por aquello del relente de la noche portaba una chaquetilla, de esas que se decían rebeca, y la perdí. La santa hace tiempo quería retirarla, porque estaba raída en varios puntos, deshilachada en la bocamanga, descolorida, mas yo le tenía arrimo. Debió ser la noche del éxito de Tejerina con Empieza tú , o vete a saber. El caso es que la perdí, como muchas horas de sueño. También perdí la paciencia y la compostura en la mañana del pasado martes ante el viajero de Sendo. Hay descerebrados que tienen la cabeza porque la gorra hay que colocarla en algún sitio que para otra cosa no les sirve. El caminante, que en poco más de dos semanas fue punto fotográfico ineludible, acabó como pasto de las llamas en un atentado a la cultura, al arte y a la propia ciudad que lo había adoptado como un símbolo más. La indignación de los astorganos era palpable y alguna lágrima furtiva se escapaba. Las opiniones sobre los autores del acto vandálico no son para reproducir, pero te las puedes imaginar, pues brotaban en los labios de cuantos se congregaban para ser testigos del desastre. Bestias, salvajes, alimañas, hijos de tal... eran las más suaves. ¿A dónde irán -quo vadis- esos imbéciles que no respetan la cultura? Y te digo una cosa hermano. He ido varias veces a contemplar ese viajero, ahora aliviado de su ropa. Ha quedado al descubierto la maestría de Sendo en el modelado de la figura humana; con la escayola, alambrera, estopa y otros elementos ha conseguido un gigantón proporcionado, con una fuerza expresiva que la vestimenta encubría. Sendo, ese gran dibujante, se nos muestra gran escultor. Qué quieres, a lo mejor me tildas de aberrante, o qué se yo, pero ahora, según está, me encanta. Con un material incombustible exterior y unos leves retoques puede seguir siendo lo que era, o tal vez un símbolo nuevo. Aquella idea del pregonero Fernando Alonso cuajó y, acaso, incitados por el atentado, se ha abierto una suscripción para recuperar ese peregrino-viajero. Eso de las suscripciones ya sabes cómo suelen acabar, que si no intervienen las instituciones se quedan en proyecto y sin llevarse a término. Porque además, calculando a medio coste, realizar la escultura en bronce puede ponerse en los 180.000 euros, que traducidos a las desaparecidas pesetas, se me antojan demasiados millones para las aportaciones populares. Por lo cual sería conveniente involucrar en el asunto al Ayuntamiento, Diputación, Junta y ciertas entidades financieras. Y es mi humilde opinión, si de algo sirve, buscarle otro emplazamiento que fuera más acorde, si cabe, con ese espíritu viajero y sacudida de manipulaciones, como la mayor proximidad a alguna de las tradicionales puertas de la ciudad. Comprendo, hermano, la decepción y el cabreo de Sendo, su estado de ánimo en un trance como este que ha sido la muerte de uno de sus hijos intelectuales, una de sus más queridas creaciones. Le arrearon un queimoss no deseado, ni pretendido, y quemaron buena parte de su ilusión artística. Pero estoy seguro que de esas cenizas, de la barbarie vandálica de esos mermados, surgirá el ave fénix creativo, con la fuerza que siempre ha acompañado a este residente de la Judiega. Él sabe, como tu, que tiene mi incondicional apoyo.