La fiesta en Camposagrado

HOY, DÍA 8 de septiembre, celebra la Iglesia la festividad de la Natividad de Nuestra Señora, titular del Santu+ario y de la Cofradía de Nuestra Señora de Camposagrado: esta fiesta tiene connotaciones de nacimiento, de aurora, de comienzos de salvación. Es el principio de un largo camino de esperanzas y de fidelidades. Lo que más destaca en el entorno de Camposagrado es su hermosa, sólida y recia torre: en la paramera se levanta como signo de seguridad y fortaleza, como faro en el cruce de caminos. La Virgen de Camposagrado se ha convertido por derecho propio y por los derechos que otorgan las penalidades del camino en lugar de encuentro, sosiego y oración. Camposagrado no tiene alicientes consumistas ni sofisticados espacios para los entretenimientos lúdicos: es, escuetamente, un recinto religioso con vocación de aportar a los peregrinos y visitantes la posibilidad del encuentro, propiciado por la Madre de Camposagrado, con el Otro y con los otros, en un marco de naturaleza todavía incólume, aunque no se sepa si lo será por mucho tiempo. Por tanto, a Camposagrado se puede ir, fundamentalmente, a dos cosas: a rezar a la Madre de la Casa y a comer la merienda con la familia y los amigos, recostados en las praderas que rodean al Santuario o sentados en los bancos diseminados por aquella. El Santuario y la Cofradía cuentan, por un lado con un hermoso y sugerente patrimonio original, mezcla de historia y leyenda, en la que se entrecruzan Don Pelayo y Almanzor y por otro con una tradición histórica, cultural y religiosa muy consolidada: la primera documentación fiable, aunque no muy abundante, sobre el templo de Camposagrado data del siglo XVI; esta documentación comienza a hacerse más abundante partir del siglo XVII, al cual pertenece la mayor parte de la fábrica de la iglesia actual. Por lo que respecta la Cofradía de Nuestra Señora de Camposagrado fue instituída con la finalidad de dar culto a la Imagen que con el mismo nombre se veneraba en el Santuario. Constando de la existencia de la Cofradía con anterioridad al año 1651, desde esa fecha ya hay acreditada constancia documental: en el mes de mayo de 1651 Nuestra Cofradía fue agregada a la Minerva de Roma: el hecho de esta agregación generó nuevas obligaciones para los Cofrades, con lo que se puso de manifiesto la necesidad de renovar los Estatutos, tarea que fue acometida y culminada por el Canónigo de León y Cofrade Don Antonio Fernández Alvarez-Miranda, siendo aprobados los nuevos Estatutos por el Breve Pontificio de Inocencio X el día 7 de septiembre de 1.652. Pero no nos fascina, hasta el punto de inmovilizarnos, ni la leyenda ni la historia: los hitos reseñados y otros muchos que jalonan la trayectoria de Camposagrado y su Cofradía, sólo serán arqueología y polvo de archivos si no dan impulsos y aliento para vivir con las exigencias del hoy el mismo espíritu de ayer. Así lo han entendido y lo siguen entendiendo y viviendo el numeroso grupo de creyentes que todos los primeros martes de mes, desde abril hasta octubre, ambos inclusive, acuden con encomiable fidelidad a visitar y a rezar a los pies de la Madre de Camposagrado. Tenemos grandes proyectos, porque nuestra intención es convertir aquella Casa de María en un centro de espiritualidad, de recogimiento, trabajo y oración, donde grupos de personas comprometidas con su fe encuentros ámbitos y espacios para compartirla y profundizarla. Camposagrado está vivo, aunque con las naturales tensiones y luchas de todo ser vivo: nos aprestamos a vivir en el próximo un Año Santo Jubilar Diocesano y Mariano. Siendo Camposagrado uno de los santuarios donde se podrán lucrar las indulgencias jubilares.