Un día cargado de historia y actividades

El día de ayer comenzó con las sopas de ajo, un agape que los cofrades toman para recuperar las fuerzas de la noche anterior, que ha sido de jolgorio, tentempié que corre a cargo del cofrade de este año, Alejandro García, que obsequia a todos los miembros de la cofradía. El siguiente acto es el borro, donde se suelta una oveja que corre por las calles de la localidad y una vez que se caza, sirve de cena para los cofrades por la noche. Es una cena de hermandad, a continuación de esto se hace la chaparrilla, que es ya por la noche. Se recorren las calles del pueblo, al tiempo que los cofrades cantan y dedican versos irónicos y sarcásticos al estilo carnavalesco. Al paso de los mismos, los vecinos obsequian con aplausos a los cantantes por el toque de desenfado que aportan a la fiesta. Estos son los actos más emblemáticos de ayer lunes, a cargo de los miembros de la cofradía. Anteriormente, se celebró el baile de la Triste. Cuando la cofradia considera que un miembro ha hecho una picardía, se reunen en corro en torno a él con las cachas o bastones en alto y el acusado se agacha, Le golpean suavemente en la espalda con las cachas mientras cantan, y para liberarse del castigo tiene que salir entonando un «viva la Virgen». La cofradía nació en 1833, en un principio era totalmente cerrada a los hombres y ante el peligro que supuso la pérdida de población hace cuatro o cinco años se permitió la integración de la mujer en esta cofradía.