El recinto ferial estará integrado por 82 puestos, cincuenta de ellos para los hortelanos locales
La fiesta de las hortalizas llenará de colores las calles durante tres días
Cada casa de la localidad se convertirá en un espontáneo puesto de venta al público
Cada año la feria multisectorial del pimiento de cuatro «morros» congrega a miles y miles de personas alrededor de una fiesta donde el jolgorio y la tradición se mezclan con la modernidad de los tiempos que vienen. La gran novedad será mañana por la mañana. Pese a que otras veces se inauguraban los puestos por la tarde, en esta ocasión el pistoletazo de salida se adelanta a las diez de la mañana con la finalidad de disgregar a la enorme masa de gente que se agolpa el domingo. Para la ocasión, las calles se convierten en mercados ambulantes donde cada vecino expone lo que cultiva con el pimiento morrón como protagonista. Las casas residenciales se convierten en inesperados puestos de venta al público y el color de las hortalizas de calidad colma los paisajes de Fresno de la Vega. La calle mayor se reserva para los 50 puestos de los hortelanos del pueblo. El resto es para aquel que tenga algo interesante que vender, bien en el ámbito hortícola o en otro distinto. Para la ocasión, también se prepara una carpa, en ella «tenemos 32 puestos confirmados de todo el ramo de gastronomía agroalimentaria de la zona», confirmó el alcalde, Francisco Martínez, que confía en que los problemas que colapsaban el tráfico otros años se vean solucionados gracias a la ampliación del horario de puestos. «Además contamos con la colaboración de la Subdelegación del Gobierno que nos enviará asistencia de tráfico para esos días». Un recinto ferial inviable Semejante problemática ha suscitado la idea de edificar una lugar adecuado para trasladar allí los puestos, pero desde el Ayuntamiento, Francisco Martínez, lo tiene muy claro. «Hemos pensado en habilitar un recinto ferial grande, pero es totalmente inviable porque se trata de una feria insertada en el pueblo, lo cual forma parte de su encanto y si la sacas, le quitas su esencia. En cada casa hay un puesto de venta, todos los vecinos cultivan y pueden vender pimientos. Aunque sean unos días de mucho jaleo, merece la pena aguantar como mejor podamos y desde el gobierno municipal seguir trabajando como hasta ahora por organizar todo lo mejor posible», concluyó el regidor. Hace más de 20 años, un reducido grupo de agricultores inició la tradición de venta y mercadeo alrededor del pimiento morrón durante las fiestas patronales en honor a San Miguel Arcángel en Freno de la Vega. Desde entonces y hasta ahora la tradición se ha ido institucionalizando hasta convertirse en un evento por sí mismo donde «se vende mucho a nivel de mercadeo porque si no fuera así, ferias como esta terminarían extinguiéndose en el tiempo y en el espacio», aseguró Francisco Martínez acerca de una tradición de venta que traspasa fronteras. «Algunas empresas exportan a otros países de Europa e incluso cruzan el charco para hacer las Américas», sin embargo, los habitantes de Fresno saben que aún queda mucho por hacer para seguir afianzándose en el mercado.