Diario de León

| Retablo leonés |

San Froilán en el Camino

Según un escrito del patrón de la diócesis que se asienta en la paramera de La Virgen, parece que él y San Atilano habitaron en la cima del monte aledaño a Vozmediano

Publicado por
Enrique Alonso Pérez - león
León

Creado:

Actualizado:

Según el esbozo que nos dejó escrito en el año 920 el fiel discípulo de San Froilán, Juan Diácono, encajado como folio 101 en la singular Biblia Gótica custodiada en nuestra catedral, parece ser que San Froilán y San Atilano, en sus primeros tiempos, habitaron la cima del monte aledaño al escondido pueblecito de Vozmediano, que aún hoy día recibe el nombre de Montefrades -monte de los frailes-, cuyo topónimo se encuentra ya reflejado en documentos alto-medievales de compra-venta y cesiones de heredades. Más tarde, según el propio Diácono, contrastado por la autoridad del Padre Risco, nuestros dos anacoretas se trasladaron al Monte Curcurrino -actual Peña de Valdorria- donde inician una nueva vida eremítica salpicada de abundantes visitas de fieles de toda clase y condición. Hoy aparte de la tradición oral y los documentos que reseñamos, existe en esta peña una ermita dedicada a San Froilán, que cada primero de mayo es visitada por una numerosa muchedumbre que se congrega en torno a ella para honrar al santo. También el pueblo de Valdepiélago, cabeza del municipio, celebra a últimos de agosto una concurrida romería en honor a su antiguo y venerado huésped, en la que se dan cita los mejores luchadores de Montaña y Ribera, no lejos de la collada que da acceso a Valdecésar, lugar donde la tradición sitúa la ciudad de Veseo, en la que Froilán edificó su primer monasterio. Datos de sus apuntes Siempre siguiendo los apuntes que dejó Juan Diácono en la Biblia Gótica, llama la atención el último párrafo, que transcribimos por ser precisamente el que trata de la aceptación -casi imposición- de la dignidad episcopal por parte de nuestro Santo: «Viendo el rey (Alfonso III el Magno) como crecía la gracia de Dios en su siervo, oyó el clamor del pueblo que pedía a Froilán para obispo de León, nuestra ciudad. El rey se alegró mucho, porque hacía mucho tiempo que había trabajado con él para que recibiera el honor sacerdotal y no lo había conseguido. Constreñido y contra su voluntad, el abad se insolentó con palabras contra el rey y, por fin, obligado, se ordenó de obispo para la ciudad de León, y Atilano para la de Zamora, en el día de Pentecostés». Pues bien, este santo varón, que murió un 5 de octubre del año 905, cuyos restos reposan en una artística arca de plata en el altar mayor de nuestra catedral, fue nominado en su día como Patrón de la diócesis legionense, y quizá por afinidad con nuestra Reina y Patrona, La Virgen del Camino, el pueblo llano y soberano, ha querido fundir los dos patronazgos, para que en cierta manera sean honrados el mismo día en el emblemático Santuario de la Virgen. Quiso La Virgen del Camino nacer un dos de julio de 1505 y, otra vez, eligió como testigo a un representante del gremio más favorecido en sus presencias terrenales. Alvar Simón, pastor avecindado en el pueblo de Velilla de la Reina, recibió la visita de La Señora y fue el depositario de su mensaje, que escuchó reverente y humillado en el mismo lugar en el que por aquel entonces se alzó la primera ermita, conocido hoy con el nombre de «El Humilladero». Y de este hecho, casi natural por aquellas calendas por su frecuente repetición, arranca una de las más populares manifestaciones al culto mariano de cuantas se le prodigan a lo largo de toda España. Pronto se levantó un primer santuario que fue aglutinando al pueblo leonés, y su pradera colindante comenzó a poblarse periódicamente de una muchedumbre que acudía en cada una de las citas romeras a implorar perdones y solicitar algunos remedios que solucionasen sus particulares causas. Testigos de excepción Muchos romeros de nombradía, como lo fue el creador de «La Pícara Justina» -Francisco López de Úbeda-, que puso en boca de su logrado personaje la descripción de esta romería en el año 1595, fueron testigos de excepción de esta gran concentración romera. Pero hemos seleccionado la opinión de nuestro romántico escritor, Enrique Gil y Carrasco, cuando la señala de esta manera, un día de San Froilán de primeros del siglo XIX: «La romería que allí se celebra es concurridísima y vistosa en grado sumo por el sin fin de trajes y aposturas, pues los maragatos, los riberiegos, parameses y montañeses, gastan distintos cabos y tienen danzas, asimismo, diferentes. Sus tiendas al aire, figones de pradera, me dan tan típico sabor de romería única que por el mundo adelante no tiene igual. Y asaz tiene que ser el regocijo, pues las gentes no se dan cuenta que en tal paraje no hay un árbol, a cuya sombra guarecerse de los abrasadores rayos de sol, y ¡Oh manes del vino de la tierra!, es el lugar donde el agua escasea de todo punto». Tributo del pueblo Patrona y Patrono, fundidos nuevamente en este 5 de octubre de este llamado Año Santo Jacobeo, recibirán el tributo y veneración de las gentes del pueblo leonés, oficializado en los cuatro ayuntamientos que componen el entonces llamado «Voto», que son los de León y las localidades de Valdefresno, Valverde de la Virgen y Villaturiel, que asistirán corporativamente a honrar al Santo y a la que llamamos «Reina y Madre del pueblo leonés».

tracking