Trazando la cultura del futuro

El Ayuntamiento de Astorga dedicó años a la búsqueda de un edificio de tipo cultural que pudiera satisfacer las necesidades en este ámbito que presenta una ciudad que bulle de actividades durante el año. La paralización del proyecto para el centro Lyda en 1996 ralentizó también la dotación de un museo romano, que iba aparejado con aquél y que, finalmente acometió el municipio con ayudas institucionales a finales de la década de los noventa. La construcción del museo sobre la Ergástula romana, ante la imposibilidad de llevar adelante el Lyda, condicionó, por razones de espacio, los fondos que desde entonces expone, bien es cierto que con éxito. Sin embargo, Astorga seguía careciendo de un auditorio o un edificio digno para las numerosas citas culturales que, de la mano del Consistorio o de las asociaciones locales, se agolpan en el calendario, y también para consolidar la ciudad como sede de congresos. La posibilidad de rescatar el emblemático Teatro Gullón para la ciudadanía no había fructificado, y el edificio quedó convertido en discoteca. La adquisición de la Casa de los Panero por parte del Ayuntamiento abrió nuevas perspectivas en la consecución de una infraestructura cultural, aunque centrada en la Escuela de Astorga y la difusión de los autores enmarcados en ella y de otros astorganos ilustres que destacaron en ámbitos como la arqueología o la historia. Durante meses el Ayuntamiento buscó sin resultado la implicación institucional en la recuperación de la casa, de tal forma que la primera intervención, de urgencia, para recuperar el tejado, que todavía está en marcha, se ejecuta con una aportación que Caja España entregó en su momento para la creación de un paseo sobre el adarve de la muralla, en la zona del parque de El Melgar. La entidad financiera dio su consentimiento al cambio de destino de los fondos. Ya en este año, de forma paulatina, instituciones como la Junta de Castilla y León y la Diputación provincial se sumaron al proyecto de forma decidida y consignaron partidas presupuestarias para proseguir la rehabilitación del edificio; Caja España firmó hace unos días con el Consistorio una nueva aportación. La recuperación de la emblemática construcción parece estar asegurada en un 50% de su coste, y prosiguen los contactos municipales en busca de ayudas con el fin de enlazar las sucesivas etapas de las obras. Mientras tanto, hace unos meses el Ayuntamiento inició las negociaciones con los propietarios del Teatro Gullón, una vez cerrada la discoteca que ocupaba en parte el recinto, con vistas a una eventual adquisición del edificio. El alcalde, Juan José Alonso Perandones, llegó a anunciar en público el pasado mes de julio que los contactos estaban próximos a fructificar de forma positiva. Sin embargo, su silencio hasta la fecha permite deducir que aún quedan cabos sueltos. Además, la celebración en León el pasado 23 de julio de un Consejo de Ministros deparó a Astorga una noticia que, a buen seguro, habrá de trastocar los planes municipales respecto a la tan ansiada infraestructura cultural: la financiación al cien por cien por parte del Ejecutivo central del Centro Cultural Lyda, con una aportación de seis millones de euros del Ministerio de la Vivienda. El Estado ya destinó una primera consignación presupuestaria para la intervención, que incluirá, entre otros objetivos, la creación de un auditorio y de salas de exposiciones. Así las cosas, el Consistorio deberá diseñar una estrategia en materia cultural que determine qué tipo de legado en este ámbito dejarán los actuales responsables municipales a sus ciudadanos y a las futuras corporaciones. El regidor ya ha anunciado en alguna ocasión su intención de implicar en esta decisión, dada su envergadura, a los tres grupos municipales. La posibilidad de adquirir el Teatro Gullón, junto a la construcción del centro Lyda, tendrán que ser analizados muy a fondo, con el fin de evitar posibles duplicidades en cuanto a instalaciones. Mientras, la Casa de los Panero quedará convertida en centro de investigación y de difusión de la cultura comarcal.