Es bueno dejar hablar y escuchar

La fuente de la Pisa de Los Espejos de la Reina se tenía que haber convertido, no en la fuente del agua, si no en la fuente de la palabra, del diálogo, del saber escuchar (que desgraciadamente es una virtud cada vez más en desuso, especialmente entre muchos políticos), de dejar hablar. Que en una zona de montaña se esté discutiendo por el agua es algo que a muchos debería de replantearles la necesidad de lanzar una mirada hacia el Sur, donde el agua es un bien preciado. ¿Cómo es posible que un Ayuntamiento formado por ocho pueblos, treinta montes, doscientas fuentes y un río, sólo encuentre un lugar para hacer una captación que es el único de todos ellos donde hay una oposición de los vecinos? Lástima, pena o rabia tienen que dar algunos políticos a sus homólogos del Sur que ya quisieran para ellos tantos montes, fuentes y ríos. A muchos se les olvida que cuando entran en política el mayor bien tiene que ser la palabra, pero no sólo la de uno mismo, si no también la palabra de los demás.