El dedo de Aedo

ES UN DEDO asociativo y que apunta hacia la consecución, la información a la par que la formación y hacia la reunión de todos los empresarios que quieran asirse de la mano para conseguir que los negocios de toda la zona se apoyen y estimulen. Tal y como están las arcas de la comarca y el enorme ciclón de grandes áreas comerciales que casi anulan a los pequeños empresarios y autónomos, un grupo de personas con negocios en Veguellina de Órbigo y pueblos aledaños, decidieron hace dos años más o menos formar una asociación para sentirse más protegidos y buscar nuevas fórmulas comerciales. Aedo es la Asociación Empresarios Del Órbigo, desde la que se estudian alternativas y se dan cursos formativos para que la competitividad no les coma su mercado. Por citar algunos de ellos, diremos que se han impartido cursos de acceso a Internet, de prevención de riesgos, de manipuladores, de escaparatismo. Otro fin positivo de esta asociación son los contactos con Apas y demás asociaciones de los pueblos para en conjunto estudiar y conseguir fines comunes. También se estudia la negociación con los bancos para el mínimo cobro de comisiones, creación de terminales de tarjetas o cuentas preferentes a los mas de 50 socios. Otra interesante propuesta en estudio es el plan Comercio excelente, para encaminar a los asociados hacia una excelente calidad de producto y de trato en todas las tiendas, comercios y negocios pertenecientes a Aedo. A la Cazuela de Manuela:Empresas a la emergencia. Los ingredientes: empresas, tiendas y negocios, Aedo, ciudadanos. Preparación: preparamos a los ciudadanos para un remojo en el agua salada que los empresarios de Aedo han colocado en los distintos recipientes de sus locales. Una vez preparados, los sacamos a dar una vuelta por las distintas ofertas y el trato cariñoso que nunca van a recibir en las grandes superficies dónde no puedes contar al dependiente que te duele la muela o que tienes un día de perros. En estos tiempos de prisas, colas hasta para pagar, no muy buenos modales en alguna que otra ocasión y de ofertas engañosas, que duda cabe que cada vez se echa mas de menos ese tiempo de la bolsa de red por donde se colaba la buena educación y el saber perder cinco minutos con el tendero que te explicaba los pormenores de aquellas aceitunas que te vendían en el cucurucho del buen trato y tacto.