Alertan sobre la posibilidad de un frenazo notable en el crecimiento económico de la comarca
Varias empresas del polígono se sienten discriminadas por la falta de servicios
Los problemas a la hora de instalar las líneas de telefonía básica crean recelo en algunas firmas
Pascual Pedroche, en la foto, es uno de los empresarios que ha lanzado la voz de alerta en este tema
Pascual Pedroche, propietario de Suministros Industriales Alpás S.A., una de las empresas instaladas en el Polígono Industrial de Sahagún, denunció ayer la situación de incomunicación telefónica en la que se encuentran algunas de las firmas que han decidido instalarse en la zona, como consecuencia de las dificultades que se plantean a la hora de solicitar los servicios básicos a Telefónica. Pedroche decidió instalar su empresa en el Polígono de Sahagún el pasado mes de agosto «buscando unas mejoras, una serie de ayudas y los apoyos que necesita cualquier empresa de estas características». La realidad, meses después, resultó bien diferente y «en la actualidad, me veo privado de las condiciones mínimas que necesitamos en este apartado para hacer nuestro trabajo». Nada de nada A pesar de que las solicitudes para conseguir el servicio en cuestión han sido múltiples «porque a la hora de la verdad, por mucho que nos adjudiquen número, la verdad es que luego no hay nada de nada» de momento, la empresa, con seis trabajadores se halla en una situación que se califica de indefensión: «Consulto por qué no se realiza la instalación, después de que en varias oportunidades se me ha dado el visto bueno a la solicitud, pero después me dicen que se ha anulado la orden de instalación. Yo sigo pagando exactamente igual que cuando estaba en mi anterior instalación, pero sin embargo, aquí no puedo disponer de una vía de comunicación, que necesito a todas luces, y otros servicios básicos, como internet». El propietario de la empresa lamenta que las dudas puedan asaltar a futuros empresarios que se quieran instalar en la zona «porque con esta inoperancia, lo más normal es que al final, la gente desista y no venga nadie más». Las quejas también tienen un destinatario indirecto: «Flaco favor se hace a un grupo de empresarios, como los que estamos en esa zona, cuando no se puede disponer ni siquiera de los servicios mínimos que se necesitan para una instalación de estas características. No quiero entrar a valorar quién debería de poner una solución a todo este asunto, pero desde luego, se necesita hacer algo».