Los alumnos del colegio de primaria recuperan el ramo leonés

Los alumnos del primaria del colegio Manuel A. Cano Población del Cistierna han realizado como actividad escolar la recuperación del tradición del ramo leonés que es una de las actos populares más ancestrales de la provincia y principalmente de la montaña oriental leonesa, según nos cuenta el profesor, Fernando Martínez, quien es un gran defensor «de recuperar esas tradiciones que con el paso del tiempo se han ido perdiendo y que forman parte de nuestra propia historia». La tradición de hacerse el ramo casi había llegado a perderse al verse desplazado por la nórdica del árbol de navidad, «pero poco a poco comienza a recuperarse en algunos colegios, pueblos y comercios», apuntó Martínez. La composición material del ramo en un principio era simplemente una rama de árbol. Luego esa rama se fue adornando con cintas, velas, rosquillas, manzanas o las conocidas cuelgas. Finalmente pasó a ser un armazón de madera adornado con esas ofrendas. Hasta la iglesia Con la llegada de la nochebuena, nochevieja o reyes, dependía de cada pueblo, el árbol era llevado hasta la iglesia. No obstante los ramos más tradicionales se cantanab en la noche del 24 de diciembre en torno a la misa del gallo. Normalmente un mozo portaba el ramo, mientras que las mozas cantaban las coplillas alusivas a la Navidad, aunque a veces se añadían otras letras que satirizaban acontecimientos locales. El canto del ramo constaba de tres partes, la primera era la entrada en la que se pedía permiso para entrar. La segunda, o parte central, es donde se habla del nacimiento de Jesús y la adoración de los tres Reyes Magos, y la tercera, y última, donde se felicitaban las pascuas a todos los presentes. Además las cuelgas del ramo eran subastadas entre los quintos de la localidad. La recuperación de esta tradición leonesa por parte de los niños, que tenía su mayor expresión en Prioro, Riaño y la zona del valle de la Valduerna, ha puesto de manifiesto que casi ninguno de sus padres conocían esta tradición por lo que han sido los niños quienes han tenido que contar a sus progenitores lo que es el ramo leonés que sí conocieron sus abuelos, una generación para recuperar tradiciones.