Los escudos, a buen recaudo
Los representantes del Ayuntamiento de Chozas y la Junta Vecinal avalan la reubicación, prevista para la llegada de la primavera o el verano, de estas piezas de la historia heráldica de la localidad leonesa
La alarma provocada por algunos vecinos mal informados, acerca del incierto paradero de los hermosos escudos de nobleza que adornaron la que fue casa solariega de los Escobares, y la demolición de la misma, dieron lugar a la protesta de la Alcaldía y junta vecinal, que deseosos de aclarar todos los extremos que parecían dudosos para un sector minoritario del común de vecinos, se pusieron en contacto con este cronista para deshacer las inexactitudes contenidas en la información anterior. Para mejor contrastar las versiones de unos y otros, y no quedar duda alguna de los pasos que se siguieron acerca del controvertido derribo de la casona, así como la localización de los escudos, nos trasladamos nuevamente al vecino pueblo de Cembranos, donde nos esperaba el alcalde de Chozas de Abajo, Roberto Luna, acompañado por la responsable de la Junta Vecinal. La demolición del viejo y arruinado caserón -nos dice Roberto-, se realizó a una hora temprana para evitar posibles trasiegos de personal, sobre todo niños, que pudiesen entorpecer el derribo o sufrir el impacto de algún escombro incontrolado. La verdad es que hacía falta llevar a cabo esta tarea, pues la pared lindante con la iglesia parroquial hubiese podido dar un disgusto a los vecinos por la inclinación que había tomado y la debilidad manifiesta de la cubierta, que amenazaba con desplomarse dado su creciente deterioro. Si no se tomó antes esta decisión, fue por los trámites que siguieron, a la venta de la propiedad, de la familia Correa, y la consiguiente declaración técnica de edificio en ruinas. Posteriormente, con muchas ganas de aclarar el dichoso tema de los escudos, Roberto Luna y la representante de la Junta, nos llevaron a una casa de labranza, donde en un amplio patio, muy aparente para recoger diversos aperos de carácter agrícola, se encontraban los tan traídos y llevados escudos, debidamente resguardados por un abundante cartonaje y plásticos apropiados para su perfecta conservación hasta el día que se trasladen hacia la plaza proyectada, precisamente sobre el solar que un día dio cobijo a la solariega casa de los Escobares. Sin ninguna pereza, nuestros anfitriones, y algunos vecinos más que se acercaron hasta el patio cuyo portón había quedado abierto, desenfundaron todas las coberturas de los históricos blasones y así pudimos admirarlos de cerca y fotografiarlos para que se disipen las dudas de quienes recelaban de su paradero. No entendemos cómo puede haber en el pueblo alguien que no supiese el lugar donde están los escudos -dice Roberto- pues fue toda una odisea el traslado hasta aquí, por todo el pueblo. Hay que tener en cuenta -continúa- que cada uno de estos blasones en piedra puede muy bien llegar a pesar unos ochocientos kilos, y tuvimos que atravesar el pueblo y la carretera con ellos, con la consiguiente curiosidad que despertó «la comitiva» después de que ocho personas tuviesen que intervenir para acondicionarlos en los correspondientes «palés» para que llegasen en las mejores condiciones. Finalmente, el alcalde de Chozas nos aseguró que la próxima primavera-verano, cuando se esperaba tener rematada la remodelación de la plaza de la iglesia, los famosos escudos lucirán en el lugar más apropiado de la misma y seguirán siendo los más emblemáticos portadores de las señas de identidad del pueblo de Cembranos.