En busca de Lia At-Ali Shah

La familia del joven paquistaní de 32 años Lia At-Ali Shah y que desde el año 1983, desapareció de la comarca de La Robla y La Pola, ha decidido cambiar la estrategia de búsqueda de su hijo. Lia desapareció de su casa cuando finalizó el servicio militar. Desde entonces, nada se sabe de él. Su padre, Yaacob Shah, vive desde hace unos años en La Pola de Gordón con un paisano de Pakistán y buen amigo, Mahrooz Ahmed, quien de forma incansable está ayudando a Yacoob a encontrar a su hijo. Yaacob quiere hacer un llamamiento a los organismos competentes y a la propia embajada, que «poniendo esta situación en su conocimiento, no han dado señales de ningún tipo». Yacoob Shah, asegura que la desaparición de su hijo se produjo en el año 1983, cuando, Lia realizó el servicio militar en León y posteriormente se trasladó hasta Málaga para continuar en las fuerzas armadas. Después, regresó a La Robla, pero desde entonces «nada se sabe de su paradero y de si vive o no». Yacoob comenta que desde ese año «llevamos intentando localizar a mi hijo, pero hasta el momento ha sido la búsqueda no ha dado resultado», apunta. Yacoob Shah intenta ahora poder conseguir algún dato sobre el paradero de su hijo. «Incluso, si pudiera leer este periódico, le pido que se ponga en contacto conmigo en la vivienda situada en la calle Constitución o llamando al teléfono 987 58 83 76», señala su padre. En este sentido, el padre de Lia At-Ali, apunta que desde hace varios años, «cuando vivía en La Robla, puse en conocimiento de la Guardia Civil, la desaparición de mi hijo y les entregué una foto. Además, deposité el permiso de residencia en la Comisaría de León». «De estas fuerzas del orden público tengo ningún tipo de noticia sobre el paradero de mi hijo, pero lo que sí está claro es que se han molestado en el caso». Peculiaridades en la zona. Hace más de 25 años, un grupo de paquistaníes se trasladaron hasta el municipio de La Robla, para buscar «su garbanzo». De hecho, comenzaron a trabajar en distintas explotaciones mineras y empresas en la provincia de León, lo que les permitió a sus familias, poder sobrevivir. Por este motivo, la familia de Pakistán se fuera integrando en La Robla. Fueron muchos de este país los que se trasladaron hasta estas tierras, ahora quedan muy pocos. Yacoob quiere encontrar cuanto antes a su hijo porque su estado de su salud es muy débil, ha sido operado tres veces del corazón y «mi mayor ilusión volvería a ser reencontrarme con mi hijo». Yacoob Shah hace un llamamiento a su hijo: «Si a través de este periódico te puedes poner en contacto con nosotros, hazlo lo más rápidamente posible, porque también te diré que todos tus hermanos tienen unas ganas locas de verte aunque se encuentren en tu país. Pero quiero hacer hincapié en que tu madre, Neguina, que como sabes ahora tiene 60 años de edad, tampoco se encuentra muy bien y quiere verte». Recriminaciones al padre Yacoob Shah dejó claro ayer que desde su país, su familia le recrimina que la desaparición del joven Lia At-Ali, está motivada por una falta de «despreocupación por mi parte, cuando siempre he intentado cuidarle, pero que su rastro se perdió al venir de realizar el servicio militar». Yacoob, que ya se había trasladado hasta la comarca norte de La Robla a finales de los 70, donde él y otros muchos paisanos trabajaron en las minas de la cuenca, asegura: «Mi familia de Pakistán está muy molesta con la desaparición de su hijo y hermano al considerar que durante mis años de trabajo en esta zona de León, me despreocupé de él, cuando ha sido todo lo contrario» y añade que para él «fue una sorpresa cuando me llegó la noticia de que mi hijo, después de haber estado en León una vez finalizada la mili, nunca más volvió a aparecer». Sin motivos Yacoob no sabe «la causa que ha motivado la desaparición de su hijo, pero lo que es evidente que ni desde la embajada ni desde las autoridades competentes, se han realizado las gestiones oportunas, porque es lo mismo, a fin de cuentas, que mi hijo aparezca ya o no, después de varios años, aunque me gustaría saber dónde se encuentra para conocer de cerca, con él, sus vivencias o en otros casos tragedias, por las que ha pasado durante todos estos años». En definitiva, tanto Yacoob Shah como su amigo Mahrooz Ahmed, viejos legendarios ya en la zona norte de León, solamente esperan al menos «una pequeña preocupación también por las autoridades del paradero de mi hijo, o al menos que dé señales de vida y se comunique con nosotros, que le estamos esperando».