Los hermanos holandeses dejan la ciudad tras casi 20 años de servicio

La capital maragata se despidió anoche de forma oficial de los hermanos de Nuestra Señora de Lourdes, conocidos como los hermanos holandeses, que abandonarán la ciudad después de casi veinte años de haber comenzado a prestar en ella distintos servicios asistenciales. Cáritas Diocesana organizó ayer un acto de acción de gracias que se convirtió en un sentido homenaje a los religiosos. El grupo, encabezado por Theodorus Jacobus Bekkers -el hermano Teo-, está compuesto por cinco religiosos de los cuales cuatro son holandeses y el quinto andaluz, confirmó el director de Cáritas, Eutiquio Valdueza. Al hermano Teo la congregación le ha encargado otras responsabilidades que lo apartarán de Astorga, mientras que sus compañeros están próximos al retiro, añadió Valdueza. El acto de anoche, consistente en una misa en la parroquia de San Bartolomé y un vino español en el centro social Las Cinco Llagas, resultó multitudinario y contó con representantes de la organización, el Obispado, la corporación municipal, la propia congregación y la ciudadanía. Los hermanos holandeses atienden desde 1993 Las Cinco Llagas, que dirige el propio hermano Teo. El centro reúne a 38 internos discapacitados físicos con más de un 75% de minusvalía reconocida, indicó Valdueza, que señaló que el hecho de admitir sólamente al citado colectivo convierte a la residencia en la única de sus características en Castilla y León. Algunos cambios La marcha de los religiosos, que se producirá la semana próxima, ha obligado a Cáritas a introducir algunos cambios, como la contratación de un director con carácter provisional y el contacto con diversas congregaciones religiosas a fin de conocer si alguna está interesada en gestionar el centro. «Hemos hablado con muchas, pero ninguna ha respondido satisfactoriamente hasta la fecha. Supongo que la crisis de vocaciones influye en ello», señaló Valdueza. La preferencia porque sea una orden religiosa la que asuma esta labor se debe al hecho de que esto garantizaría una presencia permanente de alguno de sus miembros en el centro, indicó el director de Cáritas. La medida se completará con nuevas contrataciones que suplan los trabajos que venían realizando los religiosos. Los hermanos holandeses llegaron a Astorga en 1966, tras las gestiones del obispo Marcelo González, para atender el colegio Santa María Madre de la Iglesia para discapacitados psíquicos, proyecto en el que permanecieron hasta finales de los años setenta. También atendieron el centro bañezano Nuestra Señora del Valle.