Funga Alasia Asé Asé
Un educador de Manos Unidas explicó a los escolares la labor de esta oenegé y les enseñó una danza africana a lo largo de un productivo taller
Los alumnos junto a Martínez, tercero por la izquierda, bailando la danza africana
Los alumnos de primero y segundo de la ESO del colegio de los Redentoristas, un total de 39 chicos, recibieron ayer una visita especial: la de un miembro del departamento educativo de Manos Unidas, Roberto Martínez, que compartió con los jóvenes un taller. La iniciativa pretendía sensibilizar a los estudiantes para que respeten a sus semejantes, den más importancia al ser que al tener, y aprendan a mostrar conciencia crítica. Martínez perseguía éste último objetivo al contarles el cuento de Caperucita Roja desde la perspectiva del lobo. «Se pretende que los chavales no se fíen de lo que les digan la televisión o los adultos, y opinen por sí mismos», explicó el educador. La sesión incluyó una descripción de las características y objetivos de Manos Unidas, y explicaciones sobre cómo el maremoto del sureste asiático destrozó cuatro de los proyectos solidarios que la organización estaba desarrollando en la zona devastada. La jornada finalizó con el aprendizaje de una danza africana de bienvenida que todos los alumnos bailaron en círculo al ritmo de los vocablos Funga Alasia Asé Asé.