Los promotores de la idea han solicitado al alcalde la anexión a la capital de la comarca
Un grupo de vecinos de San Miguel pretende segregarse de Villablino
El pueblo trata de recuperar su independencia tras haberla perdido en los años 60
Un grupo de vecinos de la antigua población de San Miguel de Laciana, anexionada a Villablino en la década de los 60, ha iniciado los trámites para intentar recuperar la categoría de localidad independiente de esta población y separarse de la capital lacianiega, de la que actualmente forma parte. Los promotores de la iniciativa ya han solicitado al alcalde, Ángel Crespo, que les facilite el documento donde se otorgó la conformidad para que esta antigua población fuera absorvida por la capital lacianiega, además de los límites exactos que separarían a las dos localidades. De lograr su objetivo, construcciones como el polideportivo municipal, el centro sociosanitario o incluso el salón de plenos del consistorio lacianiego, pasarían a pertenecer a San Miguel. La idea de intentar esta segregación surgió por parte de un grupo de jóvenes del pueblo y actualmente lo forman una decena de personas, que han convocado un concejo en el salón del pueblo para mañana sábado a partir de las 21.00 horas, con el fin de trasladar sus pretensiones a los vecinos. Su primera acción será recoger firmas entre todos los que viven en el pueblo para que apoyen su demanda y, a continuación, iniciarán los trámites pertinentes en las administraciones autonómicas, provinciales y locales. Evitar enfrentamientos Uno de los portavoces del grupo ha señalado a este periódico, que con esta iniciativa «no se buscan enfrentamientos con nadie, sólo que la gente que nazca en San Miguel figure que es de este pueblo y recuperar nuestra entidad». Tampoco ocultan que una de las razones prioritarias que les ha movido a intentar esta segregación, es el abandono que, según aseguran, sufren por parte del Ayuntamiento. «Hemos pasado de ser el pueblo mas grande de Laciana a ser un barrio abandonado de Villablino», señalan. Los representantes aseguran que el consistorio lacianiego no se preocupa de limpiar sus calles, ni urbanizar el entorno. En este sentido, señalan «Un rincón tan bonito y emblemático como el parque de Los Cedros está totalmente abandonado y levantaron la calle para realizar una obra, pero después tuvimos que arreglarlo los vecinos poniendo incluso el dinero».