La rivalidad entre las lloronas pone un toque cómico al entierro de la sardina

El carnaval de Cistierna concluyó con el entierro de la sardina que se inició en la plaza del Ayuntamiento y recorrió las principales calles de la Villa. La participación fue mayoritariamente de los niños dado que muchos de los 12 grupos que habían participado en el desfile del domingo se trasladaron a localidades como León o La Bañeza. Varios grupos de lloronas acompañaron al féretro que contenía la sardina y que portaban componentes del grupo «Los carretes» y que fue quemado en las inmediaciones de la casa de cultura de Cistierna. Estos grupos de lloronas dieron mucha guerra durante el recorrido ya que estaba en juego un premio de 120 euros para el mejor grupo de lloronas. El ritmo musical lo puso la charanga del hogar de la tercera edad. Este desfile del entierro de la sardina pudo por fin recorrer las calles de Cistierna lo que permitió a los niños y mayores disfrazados disfrutar mucho más que el desfile propio de carnaval de se realizó el pasado domingo y que tuvo que acortarse como consecuencia de la fuerte nevada que estaba cayendo y que obligó a continuar el día de carnaval bajo la plaza cubierta de Carlos Alvarez. No obstante a pesar del mal tiempo los participantes en el carnaval de Cistierna hicieron parte del recorrido soportando una baja temperatura. Calidad notable Además hay que destacar la calidad en los grupos como el caso de «Los carretes» con una vestimenta muy trabajada. El esfuerzo de los participantes se notó en otro grupo como «madame guillotine», «luna lunera» o «las cartas». El desarrollo del recorrido tuvo lugar sin mayores complicaciones a lo largo de su trazado, y buena parte de los viandantes que se colocaron en las aceras de la zona para disfrutar del colorido que aportaron los participantes a la cita, que esta vez se pudo llevar a cabo sin mayores problemas, en vista de que la meteorología posibilitó la celebración de todo el desfile completo sin interrupciones, a diferencia de lo que sucedió el pasado domingo. En cualquier caso, sí ocurrió que los más pequeños disfrutaron de lo lindo de un evento que estaba preparado también para los adultos y que, a consecuencia de las circunstancias de la meteorología, se tuvo que modificar de forma sustanciosa, por cuestiones ya conocidas. No fue óbice para que todos pudieran disfrutar de una buena jornada de diversión.