Cuando el agua llega al cuello
Los vecinos de Mallo de Luna denuncian la precaria situación en que se encuentran los accesos al pueblo desde Barrios de Luna
Mallo de Luna se encuentra prácticamente sumido en el olvido, rodeado de un enorme pantano, que parece quiera comérselo, sobrevive gracias a la ganadería y a los huertos familiares que les abastecen de todo lo necesario para no tener que desplazarse en la medida de lo posible a otras localidades, debido al mal estado de la carretera, hoy sólo quedan 15 personas, la mitad de ellas en activo y la otra mitad jubilada. Los inviernos son muy duros, la nieve está presente varios meses al año, lo que supone un serio problema cuando la carretera ya en si misma resulta peligrosa, la historia de remonta hace casi 60 años cuando finalizaron las obras de la construcción del pantano para dar servicio a usuarios de diferente orden, regadíos, molinos, serrerías.... además de conseguir un caudal regulado en los ríos Luna y Órbigo. El alcalde pedáneo, Florentino Rabanal García, se ha cansado de poner denuncias porque desde entonces, hace ya más de medio siglo, la carretera ha estado en malas condiciones, asegura que «a lo largo de todos estos años se han producido accidentes de distinta consideración, todos ellos relacionados con el estado del firme y la erosión lenta pero constante que origina el pantano en los lindes de la carretera». Es fácil comprobar como las aguas están literalmente comiendo la montaña sobre la que se ubica la carretera, las raíces de las plantas y arbustos ya no tienen donde afianzarse y si nadie lo remedia un día se hundirá como un castillo de naipes, sin avisar, de repente, como ocurren las desgracias. Sin quitamiedos Además la falta de quitamiedos en distintos puntos del trazado ha originado no pocos problemas, los camiones cisterna que recogían la leche ya no pueden acceder al pueblo porque la vía es muy estrecha, los tramos más peligrosos carecen de cualquier sistema de protección y el peso podría originar socavones en el firme con peligro de hundimientos, de modo que la ganadería sólo puede destinarse a fines cárnicos, a parte de esto, el verano pasado un vecino del pueblo cayó por una de las curvas desprotegidas del pantano y se salvó de milagro, porque el coche se hundió cinco metros bajo el agua y gracias a la habilidad del joven y la suerte, que ese día estaba de su lado, consiguió salir ileso, pero no ha sido el único, hace algunos años, el panadero de la zona también se precipitó a las aguas cerca de ese mismo lugar, con auto, harina, barras de pan... y también consiguió salvarse. Cuando la noticia del accidente ocurrido el 31 de mayo del 2.004 apareció en el periódico, la presidenta de la CHD, Helena Caballero, mandó un documento al Ayuntamiento de Barrios de Luna alegando que la titularidad de la carretera no les pertenecía, fue en ese momento cuando el alcalde de este municipio, Jesús Darío Suárez, decidió mandar un escrito por triplicado el día 1 de julio del 2.004, al subdelegado del gobierno, a la Diputación y a la CDH, en el que solicitaba que se tomaran las medidas oportunas para dotar al tramo que une Barrios con Mallo de Luna de la mínimas garantías y condiciones de seguridad, pero según sus palabras obtuvo «la callada por respuesta». A día de hoy no hay novedades, están pendientes de que los organismos pertinentes resuelvan a quién pertenece la titularidad del tramo, resolución fundamental para que algún organismo se haga cargo de los arreglos necesarios, pero el alcalde de la pedanía después de tanto tiempo ha perdido las esperanzas, al igual que el resto de los vecinos.