Iniciativa de altos vuelos

El Ayuntamiento de Sabero ha retomado los contactos con el club Astur Parapente de Gijón con el fin de reiniciar las actividades deportivas de este deporte desde el alto de La Camperona, en la localidad de Sotillos de Sabero. La idea es conseguir establecer, de una forma definitiva, una escuela de parapente en la localidad de Sotillos para lo que el consistorio está dispuesto a acometer las inversiones necesarias y la dotación de infraestructura de equipamiento para conseguir este proyecto turístico que, por otra parte, se uniría a los ya llamativos del estadio de aguas bravas sobre el río Esla -compatible con el parapente-, las deportivas de mountain-bike -ya consolidadas a nivel provincial-, y las de senderismo. En un futuro muy cercano estas actividades se complementarán con el museo regional de la minería y la cueva de Valdelajo. Todo ello formaría un ambicioso programa turístico deportivo, no sólo para el valle de Sabero sino para toda la comarca. El concejal de Cultura, Manuel Díez, puso de manifiesto que en conversaciones con el presidente de la junta vecinal de Sotillos, Agustín Martínez, «se llegó al acuerdo de retomar este interesante proyecto turístico, que ya estuvo a punto de establecerse hace dos años». Tras la charla se tomó la decisión de establecer contacto con la Federación de Parapente, alcanzando el compromiso de que este mismo año se van a hacer dos concentraciones en la Camperona y, además, llevar a cabo unos cursillos de formación para promocionar y divulgar este deporte e intentar, de acuerdo con la Federación y el Club Parapente Astur, la creación de una escuela de parapente en el valle de Sabero. Impulso turístico Para el responsable municipal, Manuel Díez, «este es un proyecto más que va a ayudar al resurgir del sector turístico en la zona, ya que se trata de un deporte muy llamativo y que mueve a mucha gente estando, actualmente, en auge». El concejal considera que la escuela será «un granito más» para realzar la actividad deportiva y turística en el valle. El paraje de la Camperona reúne unas condiciones idóneas para la práctica del parapente, está ubicada en una zona de parajes de extraordinaria belleza y, además, entre las consideraciones del Ayuntamiento hay una idea muy clara: respetar el medio ambiente y a las personas. El parapente, que es un deporte que se realiza al aire libre, debe realizarse bajo unas medidas de máxima seguridad que en este caso, todas las partes implicadas, quieren que se cumpla en todos sus términos. Para ello, se deben cumplir una serie de cuestiones como adecuada formación del deportista, tanto técnica como teórica, disponer de los elementos de seguridad activa y pasiva adecuados para la realización de este deporte, que cada piloto vuele con el ala adecuada a su nivel de pilotaje y contar con zonas de vuelo para realizar diferentes niveles. Adecuación del espacio Esto supone crear nuevas o mejorar las actuales infraestructuras con el fin de conseguir una zona de despegue adecuada, en cierta medida ya está bastante avanzada por los trabajos realizados hace un par de años. Mejorar el acceso para vehículos, ya que la pista actual se encuentra en bastante mal estado y sería necesario proceder a su reparación. Una zona de aterrizaje amplia y segura, que no parece que sea muy difícil de conseguir dadas las excelentes características del lugar y, disponer de un lugar o sede-edificio donde poder centrar la actividad, impartir las clases teóricas e incluso espacio para alojar a los monitores. En este último caso el Ayuntamiento, de llegar a buen término el proyecto, adecuará el edificio de la antigua escuela y vivienda de Sotillos, en la actualidad sin ningún uso, que necesita algún tipo de inversión para adecuarlo a los fines que se pretende. Una vez conseguido sería el Club Astur Parapente el encargado del mantenimiento de las instalaciones. Cursos de iniciación La propuesta del Club Astur Parapente abarcaría la puesta en marcha de cursos de iniciación al Parapente, que constan de dos partes perfectamente diferenciadas: la teórica en la que se imparten conocimientos de aerodinámica, meteorología, seguridad en vuelo y técnicas de pilotaje, con una duración de 20 horas. La práctica, comienza con técnicas de hinchado, carrera y control de la vela en campa, sin haber despegado los pies del suelo. Posteriormente se pasa a la realización de pequeños vuelos de escasos metros, continuando de forma progresiva hasta alcanzar vuelos que pueden superar los 500 metros de desnivel. Durante esta fase el alumno aprende a maniobrar con el parapente en el despegue y el vuelo, realizando giros de 90 a 360 grados y ser capaz de hacer aproximaciones y aterrizajes coordinados.