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Cuando la naturaleza dice que no

La escasa consistencia de la nieve impidió la provocación de un alud en San Isidro, pese a los dos intentos de la Guardia Civil de volar una gran cornisa con explosivo plástico

Publicado por
Marco Romero - san isidro
León

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No había tanto riesgo como parecía. La delicada operación desarrollada ayer por la Guardia Civil a 2.000 metros de altura para provocar un alud en el pico Toneo, a través de una explosión controlada, finalizó sin avalancha y con la conclusión de que la concentración de nieve no suponía una grave amenaza para los esquiadores de San Isidro, tal y como se había calculado a tenor de los extraordinarios espesores concentrados en una de las cornisas más altas de la estación invernal. Cinco miembros del grupo Tedax, especializado en la manipulación de explosivos, y otros cuatro del Grupo de Montaña de Sabero, ayudados por un helicóptero de la Guardia Civil, intentaron infructuosamente volar la pantalla de nieve con un explosivo denominado exógeno plástico. La primera detonación se produjo a mediodía. Para ello, nueve guardias civiles fueron trasladados hasta la cima de la montaña, donde barrenaron la nieve a varios metros de profundidad para colocar diez cargas. En esta ocasión no utilizaron más de dos kilos de exógeno, aunque la porosidad de la nieve no llegó a absorber la onda expansiva y el alud no se llegó a provocar. La estación tuvo que ser paralizada parcialmente, por lo que los esquiadores se detuvieron a observar las explosiones con enorme expectación. La roca hizo «crack» El segundo intento llegó pasadas las cinco de la tarde. Hasta ese momento, los guardias civiles pudieron poner a prueba su dureza, puesto que no bajaron de la cima para preparar la última explosión, para la que se utilizaron casi cuatro kilos del mismo material plástico. Toda la montaña retumbó en ese momento. La cresta de la cornisa se desprendió en parte, pero la masa de nieve movida fue inferior a la prevista, de lo que se deduce que un alud provocado por causas naturales hubiera sido más que improbable. No obstante, las últimas avalanchas registradas en la zona, que han estado a punto de provocar más de una tragedia, aconsejaban una intervención para garantizar la seguridad de los esquiadores y las instalaciones. La de ayer fue la primera operación de estas características que se organiza en la provincia de León y se produce días después de que un alud arrastrara a un profesor de la estación y de que otras tres avalanchas causaran otros tantos accidentes en las carreteras de la zona, llegando a arrojar un vehículo por un precicipio.

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