Diario de León

Pinturas bajo el encalado

Las escenas que completan los frescos, descubiertos en el año 1995, esperan una dotación económica de la Junta de Castilla y León para que los expertos las saquen a la luz

La restauración ha recuperado, hasta el momento, las pinturas de la primitiva cabecera de la iglesia

La restauración ha recuperado, hasta el momento, las pinturas de la primitiva cabecera de la iglesia

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Alberto Domingo - la bañeza
León

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Las pinturas murales que se encontraron en la iglesia de Cebrones del Río en 1995 ya están restauradas. Hace unos días, la Junta de Castilla y León recibió los trabajos de consolidación, realizados por la empresa Restaurolid Ibérica, S.L. y que supusieron una inversión de 63.000 euros. La conclusión de esta restauración no ha supuesto el bombazo de visitantes que algunos esperaban, que, de momento, tendrá que esperar. Es más, quien no sepa de la existencia de estas obras puede pasar por la iglesia sin darse cuenta de que guarda unos frescos de interés artístico, ya que la cabecera de la primitiva iglesia, donde se encontraron estos frescos de estilo gótico, queda oculta ahora por un arco cegado con una pared. El jefe del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, Jaime Lobo, manifestó, días después de recibir la restauración que queda trabajo por hacer y que el lugar «necesita una puesta en valor, como se dice ahora», en referencia a que aún hay que sacar las pinturas ocultas pro el encalado en dos paredes y a la demolición de la pared que oculta las obras al visitantes. Lobo no pudo precisar cuándo llegará el momento de acometer una segunda fase en Cebrones del Río que permita dejar el descubrimiento a la luz y visitable: «Existen muchas peticiones, por lo que se continuará cuando nos toque, aunque espero que sea pronto», señaló Lobo. Mientras, en Cebrones del Río, se respira cierto aire de desilusión, después de que hayan transcurrido meses desde que los restauradores recogieran los bártulos para marcharse una vez finalizada la consolidación del descubrimiento. Mariano Nieto, de la empresa Restaurolid Ibérica, S.L. y director de la restauración manifestó a este periódico que el trabajo realizado hasta el momento en la iglesia de Cebrones ha evitado el desprendimiento de las pinturas del muro, al que siguió «una limpieza concienzuda, ya que casi no se veían». Además, se ha realizado su reintegración, proceso que permite leer, entender, la escena representada siempre que no se haya producido antes una gran laguna. Las posibilidades Pese a las catas realizadas en las dos paredes laterales que permitieron conocer la existencia de más pinturas, Nieto reconoce que «no sabemos exactamente qué hay», aunque se atreve a aventurar que, dadas las características de lo que se ha podido ver, se trata de la continuidad de las escenas del centro, las que dieron origen al descubrimiento y ya se han restaurado: «Creemos que en los laterales hay figuras grandes, como las de San Esteban y San Lorenzo, que flanquean el pantocrátor central, y, además, otras viñetas pequeñas», indicó. En su evaluación de las pinturas, Nieto asegura que «es un gótico bastante bueno, del siglo XIV, aunque hay quien ya los mete en el XV». Las pequeñas viñetas que se ven en la actualidad representan escenas de la Pasión de Cristo y el pantocrátor no deja de ser curioso, ya que en éste no se representa al Salvador bendiciendo al mundo, como es habitual, sino a la Trinidad, -con Dios Padre, soteniendo la cruz en la que está clavado Jesucristo-, enmarcada por un círculo que rodean los cuatro evangelistas. En negro y blanco Un aspecto de las pinturas que llama la atención a los profanos en la materia es el color negro de a piel de los personajes. La clave para resolver el enigma la tienen la composición de la pintura y el tiempo: «La pintura de las encarnaciones lleva blanco de plomo en su composición. Los frescos, pese a encontrarse detrás de un retablo, sufrieron la acción de los agentes externos, que oxidaron el plomo y cambió la pintura a un negativo», explica el especialista. Sin embargo, las pinturas que se descubran en la siguiente fase no tienen porqué haberse oxidado, al haberse cubierto por un encalado, de tal suerte que el color de la piel de los personajes será el que corresponde a la raza blanca, según manifestó Nieto. Pese a que el trabajo de recuperar los frescos no ha concluido, la restauración de los que están a la vista permite que se visiten sin riesgo alguno para la obra, señalan desde Restaurolid -convendría tamizar la luz del sol que, por la tarde, incide directamente en las pinturas-, tan sólo hace falta que alguien en el pueblo esté dispuesto a facilitar la visita y eso, por suerte, no parece tarea difícil.

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