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El lucio, un depredador muy veloz con unafisiología diseñadapara cazar

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p. v. | león
León

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Desde que a mediados del pasado siglo el lucio fue introducido en España su expansión ha sido constante. Se trata de un pez de gran tamaño, ya que las hembras superan fácilmente el metro de longitud y los doce kilos de peso. Toda su fisiología está diseñada para cazar. Cabeza grande y robusta, boca enorme poblada de numerosas hileras de dientes, incluso en el cielo del paladar, cuerpo alargado con las aletas dorsal y anal muy retrasadas para facilitar la arrancada. Su color verdoso le permite camuflarse a la perfección entre la vegetación subacuática para lanzar sus veloces ataques sobre todo lo que se mueva en su radio de acción. Los ojos situados en la parte superior de la cabeza le permiten una visión tanto lateral como hacia arriba. El ataque del lucio es fulminante, pero si falla el intento, cosa que sucede con frecuencia, no perseguirá a su presa, ya que su mejor arma es la velocidad en la arrancada y no la resistencia. Perfectamente aclimatado en la cuenca del Esla acostumbra a permanecer en aguas remansadas con abundante vegetación. Es muy territorial, aunque si su densidad es alta buscará su propio territorio remontando aguas arriba. Su prematura maduración sexual, dos años de vida cuarto kilo de peso, y la abundancia de sus puestas, unos treinta mil huevas por kilo, hacen que se reproduzca de forma extraordinaria. Además las aves acuáticas pueden diseminar su puesta al transportar la hueva adherida a sus patas. Realiza la reproducción entre marzo y abril o incluso antes en las aguas cálidas. Los juveniles se alimentan de macroinvertebrados, pero a partir del año de vida son capaces de consumir pequeños peces. Los adultos cazan toda clase de peces, así como ranas, cangrejos o culebras. Cuando falta alimento se depredan a sí mismos, por lo que la abundancia en sus poblaciones es cíclica. Desde la aparición del lucio algunas especies autóctonas como la boga o la bermejuela casi han desaparecido en los cursos bajos. Otras como el barbo y la tenca han sufrido importantes retrocesos. La pesca deportiva, además de ser divertida por la violencia de sus ataques, es una forma de reducir sus poblaciones.