Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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SI, EN SU día, hace algo más de un año, allá por el 10 de marzo del 2004, desde esta misma, uno pedía que se votara con el corazón en la mano. Primero eligiendo con cordura, porque ante la tesitura de votar al palo y tentetieso aznaril, y votar por un nuevo talante, representado por el paisano Zapatero, deberíamos de obrar en consecuencia, y esto no sería otra cosa más que apoyar con nuestros votos un cambio necesario y consecuente. También, cierto es, pedía que se votara para que dos lacianiegos, Guillermo Murias y Ana Luisa Durán estuvieran en el Senado, pues bueno sería ello. Aunque mis peticiones se cumplieran en parte, y la esperanza dicen, es lo último que los hombres perdemos, hoy, un año más tarde en nada se ha notado ese nuevo talante, ese espíritu de cambio, aquí por estos perdidos y verdes valles. Ese PSOE, que se presentó como el salvador esperado, lleva un año gobernándonos y aunque parezca de risa, en Laciana no ya no mejoramos, sino que empeoramos. Aquel alcalde que en su día contó con el respaldo y el aliento del hoy presidente Zapatero, Ángel Crespo, ha optado por abandonar ante la falta de perspectivas halagüeñas para el valle de Laciana. Mal andamos si son ciertos las habladurías de que en el PSOE lacianiego se descorchó alguna que otra botella de cava para celebrar la rendición de Crespo. Pero pienso que si en día tuvo tan alto apoyo institucional, algo deberían de hacer al respecto, al menos desde la secretaría provincial. Porque, si lo único que piensan hacer es un cambio de personas, dejando a Crespo arrinconado y poniendo a Ana Luisa Durán en su lugar, poco o nada se habrá ganado. Laciana necesita hoy de un apoyo grande, pero no de titulares de prensa, con los que hoy se llenan páginas y mañana sólo sirven para envolver el bocadillo. Es cierto que desde todos los rincones se está pidiendo ayuda a Zapatero, y este no puede ser como un Cristo multiplicador de panes y peces. Pero, no es menos cierto que Laciana ya no puede esperar. Muchos, son los temas pendientes que se van amontonando en un rincón y no vemos que Laciana se mueva en ninguna otra dirección que no sea la del retroceso. Con una mole de hospital acabado y paralizado, sea la culpa de quien sea. Con la concesión de la Reserva de la Biosfera y todo lo que ello significa sin desarrollar ni un mínimo creíble. Con un Ayuntamiento endeudado hasta los topes permitidos y sin que se vislumbre solución alguna para el mismo. Con una reconversión minera inexistente y que continúa por los mismos derroteros de la subvención al empresario y la prejubilación anticipada, sin la creación de un solo nuevo empleo. Malo es, que el único cambio que se haya visto hasta el momento sea el de la persona al frente del Ayuntamiento, pues en nada han cambiado los comportamientos. Lo que Laciana necesita, es un nuevo empuje que la saque del atolladero en que se ha metido durante todos estos años. De nada sirven ya, como digo, las promesas. La correa de transmisión que conecta al PSOE lacianiego con el leonés, y a este con la Moncloa debe de comenzar a funcionar sin pérdida de tiempo. Si en la persona de la nueva alcaldesa se da la duplicidad de funciones, o sea es a la vez alcaldesa de Villablino y senadora de la nación en representación de León, y por tanto en representación nuestra, su voz ha de comenzar a oírse ya. No se puede dejar pasar el tiempo más, pues cada día que transcurre corre en contra nuestra. Hay que comenzar a caminar de frente, hay que afrontar los problemas de cara. Si ello significa tener que tomar decisiones hay que hacerlo ya. De nada sirve, el querer esconder la cabeza en el suelo como haría un avestruz en vez de enfrentarse a la realidad. Y las decisiones no se pueden tomar unilateralmente. Si el Ayuntamiento está formado por 17 personas en representación de los lacianiegos, todas ellas han de tener responsabilidad en este futuro que queremos para Laciana. Las pedanías han de tener su importancia y su responsabilidad en este futuro. Y no sirve el venderse a la «empresa» por un plato de lentejas. Los sindicatos y la sociedad lacianiega deben también de involucrarse. Es hora del consenso para sacar todos los temas pendientes adelante y así, sacar al valle del atolladero en que se encuentra. Pero no podemos perder más tiempo mareando la perdiz. El movimiento (el auténtico, no aquel otro) se demuestra andando...

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