Diario de León

| Reportaje | Tradición en San Esteban de Nogales |

San Jorge cruzó el río Eria

El patrón cumplió con el preceptivo paso por el puente hecho de troncos, piedras y tierra, en una procesión que cuenta con la declaración de interés turístico provincial

La procesión salvó el paso sobre el Eria gracias al puente construido en hacendera

La procesión salvó el paso sobre el Eria gracias al puente construido en hacendera

Publicado por
Maite Almanza - astorga
León

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La localidad de San Esteban de Nogales celebró ayer la jornada central de sus fiestas patronales, que giró en torno a los actos que rinden homenaje al patrón, san Jorge. El cortejo partió de la iglesia del pueblo, en la que hacia la una de la tarde se arremolinaban fieles y curiosos a la espera de la salida de la comitiva. Como novedad, este año los danzantes no acompañaron con sus bailes el desfile, que abrían la cruz procesional y los faroles. Mujeres y niñas ataviadas con el traje típico y en algunos casos portando cestas con flores llenaban de color el recorrido, en el que ocupaba un lugar de honor el pendón de la localidad. Cuatro hombres portaban la talla relicario de san Jorge, a la que seguía de cerca la Virgen del Rosario pujada por las mozas. Ambas imágenes iban acompañadas de numerosos devotos, algunos de los cuales llevaban velas en señal de ofrenda. Tampoco faltaron a la cita folclórica y religiosa varios alcaldes de la comarca, además del anfitrión. El momento culminante del recorrido fue la llegada al puente que hace días fue construido en hacendera sobre el río Eria, como se hacía antaño, a base de piedras, ramas y tierra. El improvisado paso, que salva un caudal mucho menos abundante que hace décadas, aguantó el paso de los romeros, que se animaron al vislumbrar a lo lejos la ermita del protector del pueblo, situada ya en el monte, en la que minutos después tendría lugar la misa. Pero antes, y una vez en la otra orilla del río, el cortejo dio las obligadas vueltas alrededor del pequeño templo antes de introducir las imágenes en su interior para proceder a los oficios. Mientras tanto, algunos mozos se afanaban en mostrar sus habilidades con el pendón, que ondeaba al aire luciendo sus vistosos colores. Los vecinos de San Esteban de Nogales y los hijos del pueblo retomaron la fiesta por la tarde para organizar la misma procesión, pero esta vez en sentido inverso, desde la ermita hasta la parroquia. Entre tradiciones y diversas actividades fue pasando la tarde y con la llegada de la noche estaba prevista la representación callejera de San Jorge y el dragón y el castillo de fuego a cargo del grupo astorgano A Ras de Suelo y varios jóvenes del pueblo, así como la tradicional verbena. Las fiestas, que cuentan con la declaración de interés turístico provincial, continúan hoy, con una misa en la iglesia parroquial a las 13.00 horas, y la muestra de música y baile tradicional que alcanza este año su novena edición. La iniciativa, que comenzará a las 17.00 horas en la plaza, reunirá al grupo de danzas Alegría Berciana de Ponferrada y a la Asociación Cultural Parba y Sosiego. La verbena posterior a cargo del grupo Troya cerrará las celebraciones. La romería en torno a san Jorge era antaño una fiesta muy concurrida a la que acudían en rogativa vecinos de los pueblos de la comarca. Para rememorar este hecho, la organización invitó este año a los alcaldes de la zona, con el fin de que entregaran al patrón una ofrenda floral en nombre de todos los vecinos a los que representan. La fiesta de san Jorge es una de las más conocidas de la provincia, por todos los detalles, plagados de ritos y costumbres, que adornan tanto el desfile en sí como la construcción del puente entre los vecinos. Cuentan las antiguas crónicas que los fieles que visitaran la ermita del patrón, que data de mediados del siglo XVI, tenían el privilegio de gozar de cien días de indulgencia, privilegio concedido por los cardenales san Eustaquio y santa María Nova en 1477. Además, su cofradía fue favorecida por bulas y privilegios del Papa Urbano VII en el año 1624. Las celebraciones en torno a san Jorge hunden sus raíces en la más profunda tradición del pueblo, que antaño se volcaba en todos los preparativos que rodean el día grande de los festejos. Desde la construcción del improvisado paso sobre el agua, hasta los ensayos de las danzas tradicionales, pasando por la preparación de los trajes típicos que los participantes habrían de lucir en esos días, o la comida que degustarían, todo era cuidado con mimo por los vecinos para que el resultado final fuera un completo éxito.

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