Del tren a las camisas del obispo

Pereira conquistó ayer a los asistentes a su homenaje con muchas perlas humorísticas. La declaración «Astorga es una de las ciudades que más quiero porque tiene obispo y no tiene gobernador civil. Quisiera que esta frase fuera mía, porque es significativa del ambiente íntimo y recoleto de esta ciudad». Su progenitor «Mi padre era un hombre veraz, pero fabulador. Una vez viniendo a Astorga en tren éste dio tres pitadas, y me dijo: Eso es el toque del obispo, algo así como un toque de reverencia». El reclutamiento «Vine a Astorga, a la casa de reclutas, y me ofrecieron librarme por ser estrecho de pecho, pero no lo acepté. Me parecía humillante. A ver si se iban a enterar las chicas». El escritor «Cuando estaba en Villafranca sabía que en Astorga había unos escritores, yo también lo era, y escribía en La luz de Astorga y el Diario de León. Pero me parecía que nunca sería escritor si no publicaba libros, como hacían los de Astorga». El prelado «Me gustaba Briva porque iba vestido como un cardenal del Renacimiento. Quería ver si me podrían quedar sus camisas, de lino puro y sin cuello, que llegaron a fascinarme. En mi próximo libro de relatos habrá uno sobre las camisas del obispo».