El llanto del Palacio
EL PALACIO DE DEPORTES de León llora porque su padre ha muerto. Su creador Efrén García Fernández fue raptado por la muerte el pasado 11 de este abril cuando realizaba uno de sus acostumbrados viajes de caminante-dibujante. Este artista que llenó miles de láminas y de libros con sus hermosos dibujos fue un gran urbanista y arquitecto. Pero lo que más me admiró de él cuando le conocí fue su hermosa humanidad. Llegué a Efrén por su obra de una meticulosidad notarial pero a la vez tierna por su sencillez aparente. A sus setenta y nueve años, que más bien parecían veintinueve por la energía y la ilusión que irradiaba, estaba preparando el segundo tomo de su libro «El trazo del peregrino», una extraordinaria obra dedicada al Camino de Santiago que él recorriera varias veces y por diferentes rutas. Es de obligado reconocimiento decir que Efrén García Fernández dejó tanto en la ciudad de León como en toda la provincia su marca de extraordinario arquitecto y honorable urbanista mientras estuvo como arquitecto jefe de la Delegación de Hacienda de León. Las mayores y prestigiosas autoridades literarias y artísticas nacionales e internacionales han loado tanto su obra como su persona, su humanismo y su carisma de hombre noble y fiel. La Cazuela de Manuela: Receta: Poema en olor de cariño «Uva y sangre» Pilón de reposo para el pié herido de cansancio./ Uva, viña, vid, vino o sangre./ Mosto de fino cabello rojo./ Sangre de cáliz, sagrado líquido para la sed del caminante./ En estas páginas, Eolo dirige sus brazos en las cumbres/ y en el Alto del Perdón se deja abrazar/ por ese baile mágico que mueve el trazo del pintor./ Pintura, uva, mosto,/ y ese rostro eterno que muestra/ la verdad del camino./ Luego pisando el puente sobre el Arga/ me invade la duda: ¿soy un caminante real/ o soy un jacobeo que levita las páginas/ de este camino-retrato?/. Ahora necesito reposar: cierro página./ Cierro el canto del pecado./ Porque es pecado/ mancillar este libro con las huellas/ de errores cometidos./ Que Santiago me perdone/ si me duermo/ en la ladera de cualquier página./ La culpa es de Efrén por ganar para el camino/ este libro de límpidas visiones