Diario de León

| Reportaje | Setenta y tres años tocando la trompeta |

Una vida y a por el Guinness

La familia de Manuel López, miembro de la banda municipal de música desde los ocho años, intentará que esta vinculación sea reconocida mediante un récord a nivel mundial

Manuel López y Ángel Cañedo posan en la muralla de Astorga

Manuel López y Ángel Cañedo posan en la muralla de Astorga

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Maite Almanza - astorga
León

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Manuel López Carabés, conocido por Morlina , nació hace 81 años en Astorga, donde reside. Este año cumplirá setenta y tres en la banda municipal de música de la ciudad, en la que toca la trompeta desde que era un niño. Cuenta que, en ocasiones, incluso arrastrándose ha acudido a los ensayos o a algún concierto. Y ahora su familia, en concreto su sobrino Ángel Luis Cañedo López, pretende que la entidad que gestiona la concesión de los récord Guinness reconozca tanta dedicación con uno de sus premios. Cañedo ya inició la recogida de documentación que enviará a la entidad a su sede de Londres, en el Reino Unido: un certificado del Ayuntamiento que justifique su pertenencia a la banda durante todos estos años, una fe de vida, otra de nacimiento y varias fotografías recientes. «Lo vamos a intentar, ellos estudiarán si es un récord Guinness o no», señaló Cañedo, que explicó que tuvo esta idea durante el homenaje que varios miembros de la agrupación, entre ellos su tío, recibieron en un concierto navideño por llevar un número determinado de años en ella. López inició su andadura musical de la mano de su padre, Manuel López Morla, por entonces subdirector de la banda de música, y del director Sebastián Méndez. Su primer sueldo como trompetista fueron cinco pesetas al trimestre. En su juventud perteneció a varias orquestas, como Ritmo y los Alonsos, que llevaban la diversión a fiestas y verbenas, y en las que hizo sus pinitos con la claveta. También aprendió el oficio de ebanista y fue vendedor de muebles durante cuarenta años. Confiesa que le hubiera gustado ingresar en una banda militar, porque en ellas se ganaba más dinero, pero se quedó en Astorga para colaborar al sostenimiento de la economía familiar. Pasado y futuro Sus primeros recuerdos musicales van unidos a la guerra civil española, cuando siendo niño «los falangistas llevaban a la banda por sus casas para celebrar la caída de alguna ciudad», dice. Recuerda una anécdota de posguerra, cuando la formación fue a tocar a Puebla de Sanabria, en Zamora, y alguien consiguió que los músicos recibieran doble ración de pan. «Nos dieron truchas, pero eran sólo cabezas», señala, recordando la crudeza de aquellos tiempos. López es desde hace casi setenta años uno de los encargados del toque de los Morla que anuncia por la ciudad el inicio de cada Semana Santa, y ha implicado en esta empresa y en la propia banda municipal a buena parte de su familia. Morlina ha participado en miles de conciertos y considera una ilusión a su edad el compromiso constante de ensayar e interpretar, algo que mantiene su cabeza ocupada. «Estaré en la banda hasta que caiga muerto y no pueda tocar más, como hizo mi padre», señala.

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