La mayor colección de yugos de la zona
El Ayuntamiento conserva el espíritu de las diferentes colecciones que transportó Benigno Eiriz desde Galicia hasta la villa
Alija del Infantado ha abierto el Museo Etnográfico Benigno Eiriz después de dos años cerrado, tras la muerte de su fundador. La reapertura sirve además al Ayuntamiento de Alija del Infantado para disponer de una oficina de turismo con caracter permanente. El Benigno Eiriz vuelve a funcionar después de dos meses en los que la brigada de empleados municipales se ha afanado en limpiar las piezas de una inmensa colección de utensilios que se utilizaron en el mundo rural, conservando el espíritu que imprimió al museo su creador. La muestra es enorme, su responsable, Carmen Álvarez González, asegura que cuenta con cinco o seis mil piezas, procedentes, en su mayoría, de Galicia, patria chica de Eiriz. Destacan las colecciones de arados de todo tipo, ruedas de carro y, de manera especial, de yugos. Se trata de la mayor colección de la península de artefactos que unían a las yuntas de bueyes o mulas, según Carmen González, y quizá, señala, sea también de la mayor que se conserva de Europa. Hay gran variedad de yugos,la gran mayopría son de madera y en menor medida de hierro. Algunos proceden del norte de Portugal, con su madera labrada, para ahuyentar el mal fario, explica la responsable del museo y del turismo en la villa. La institución no dispone, sin embargo, de documentos que acrediten la antigüedad y procedencia de las piezas. Las distintas colecciones se caracterizan por su gran variedad y número. Se guardan 248 ruedas de carro, de las que el público contempla sólo las más representativas, el número de yugos ronda los dos centenares. La muestra permite imaginar el laborioso proceso que se seguía en las labores del campo con estos instrumentos, desde el arado romano y la hoz, hasta el mallal o el trillo, así como diferentes máquinas de labor,es el caso de las aventadoras, retiradas hace ya años de los campos. Exposición conjunta La casa en sí sirve de exposición, con el horno de la cocina junto al gallinero y la pocilga, para calentar a los animales. También se muestran herramientas de carpintería, medidas de capacidad y balanzas de distintos tipos. Carmen Álvarez señala que una de las dependencias que más gusta a los visitantes es la que guarda los trajes típicos de las distintas zonas de Galicia. Confeccionados en tejidos puros, se presentan a los visitantes utilizando maniquíes que representan diferentes tareas tanto del campo como del mar.